Todo llega a su fin y la trilogía vampírica de Carlos Sisí termina con Infierno, una novela a la altura de sus predecesoras que cierra una historia sobre la humanidad intentando sobrevivir al resurgimiento de los vampiros y de los intentos de algunos grupos de personas por conocer y frustrar los planes de estos poderosos seres. Rojo acaba aquí, y de qué manera…
Antes que nada, tengo que hacer el aviso de rigor. Por favor, si todavía no has leído el primer y segundo volumen de la trilogía Rojo NO sigas leyendo esta reseña, porque aunque nunca hago spoilers de la trama de los libros, es inevitable desvelar algunos datos que el lector ya conoce de las anteriores entregas para contextualizar correctamente los acontecimientos de Infierno. Si ya has disfrutado de esta trilogía hasta llegar aquí, tienes luz verde para seguir leyendo y conocer un avance de lo que te espera en este tercer libro del genial Carlos Sisí.
Pues bien, en Fundación habíamos dejado a nuestros protagonistas divididos en diferentes grupos, con algunos de ellos todavía bajo la espesa oscuridad de la tormenta creada por los vampiros para ocultar los rayos del sol y campar a sus anchas por el mundo durante las horas diurnas. Los supervivientes que se encuentran fuera de dicha tormenta parecen poder disfrutar de un poco de tranquilidad aunque, espera, otros peligros pueden acecharles, como humanos hipnotizados por vampiros que quieren conseguir algo o, ups, esto… la propia tormenta creciendo por momentos y redefiniendo los límites de la seguridad y la cordura. Así las cosas, varios supervivientes empiezan a desear más que nunca conocer los planes de Elexia y Alkibiades (los vampiros primigenios) para intentar acabar de una vez por todas con ellos o morir en el intento, a lo cual ayuda la información que obtienen algunas personas a través de sueños reveladores durante los cuales parecen estar conectados a la especie de mente colmena que tienen montada los vampiros. Nuestros queridos protagonistas (Sonia, Jimmy, Jared, Laura, Pip, Jason, etc.) tendrán cada uno su papel en este camino final con mejor o peor resultado, mientras conocemos mejor a otros personajes que ya se presentaron en el libro anterior como Rachel West, Ginni, Nolan, Rey o Liz, piezas claves en esta partida final contra la Marea Roja. Además, entran en juego otros personajes como Sappy y Neil con una participación importante en la trama y por fin sabremos más acerca del misterioso Donehogawa, uno de esos humanos peculiares que parecen inmunes a los “encantos” de los vampiros.
De nuevo, Carlos nos deleita con interludios protagonizados por otros personajes que ayudan a crear una idea más realista de la terrorífica realidad que ahora experimenta el ser humano a lo largo y ancho de todo el mundo, en una sociedad ya rota y decadente que se aferra a una esperanza cada vez más incierta. Estos mini relatos que muestran tanto el antes como el durante de la pandemia vampírica, ponen de manifiesto la grandísima capacidad del autor para crear un universo rico, una historia llena de matices con una amplia colección de personajes y microhistorias al más puro estilo de Stephen King que hacen que me pregunte si la imaginación de este hombre tiene límites o está en continua expansión para llegar hasta el infinito y más allá. Me quito el sombrero con la historia protagonizada por un niño durante la noche de Navidad de la cual no voy a decir nada, únicamente que es espeluznante y que casi me heló la sangre en las venas. Y el final del libro… Aquí sí que no puedo decir nada, pero el final me dejó con la boca abierta, no me lo esperaba en absoluto (aunque mira que te van dejando pistas por ahí los personajes), pero lo cierto es que es un grandísimo desenlace en consonancia con todo lo que se va desarrollando a lo largo de los libros.
Y es que para hablar de Fundación y de Rojo habría primero que hablar largo y tendido de Sisí, porque su habilidad narrativa, su construcción de personajes complejos y la fantasía y el puro terror que destilan sus libros merecerían párrafos y párrafos de elogios y análisis. Adicta ya irremediablemente a su pluma, todavía tengo pendiente algunos de sus libros (pocos), para consolarme tras haber terminado ya esta recomendadísima trilogía vampírica. Como otras cosas buenas de este autor es que no se toma eones para escribir sus libros y avanzar en sus sagas, pronto espero estar de nuevo por aquí hablándote de su obra. ¿Te pasarás a cotillear? ¡Te espero!
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