Infinitivo, gerundio y participio
Todo tiene un tiempo, y cada tiempo tiene un momento y cada momento ha de estar definido por una acción. Cuando emprendemos o comenzamos algún proyecto hay que estar muy marcados por el infinitivo, sobretodo cuando va predecido por la forma hay que. Pasado este momento cargado de adrenalina, es interesante saltar al gerundio. Es el momento de estar haciendo algo que nos lleve al destino que teníamos programado.
Uno de los problemas que a veces tenemos es que nos quedamos encallados en el uso del infinitivo y no conseguimos saltar a la acción. Damos vueltas y más vueltas, nos perdemos en discursos autoexplicativos sobre porqué hemos de actuar, trabajar, cambiar, pivotar o lo que nos ocurra en ese momento, pero por razones peregrinas y que nadie se atreve a explicar, no saltamos al gerundio.
Porque en empresa, como en la vida, hay un tiempo para motivar, otro para planificar, y otro para actuar. Si nos pasamos más tiempo pensando en lo que tenemos que hacer que haciéndolo, si invertimos horas en repasar una y otra vez el mismo plan de acción, al final no tendremos ni plan, ni acción ni nada.
Hay que llegar al participio para poder repasarlo y poder volver a empezar la rueda, porque sino demostramos acción, no demostramos movimiento, y sino nos movemos no estamos avanzando.
Película: Space Cowboys