El peso es uno de los parámetros fundamentales en el ciclismo. Este parámetro tiene una influencia muy notable en el rendimiento deportivo, sobre todo en las ascensiones.
La obsesión por el peso
Hay muchos ciclistas aficionados que están muy obsesionados con el peso de la bicicleta. Es cierto que cuanto menos pese, menos nos costará moverla y esto se traducirá en una mejora del rendimiento, sobre todo en las subidas.
No obstante, tampoco tiene mucho sentido gastar un dineral en una bicicleta de montaña de 9 kg si luego el ciclista va con la mochila cargada de agua, un bocadillo y multitud de herramientas que no son necesarias.
Es mucho más barato y eficaz la pérdida de unos kg por parte del ciclista que intentar arañar gramos a la bicicleta. Además cada gramo que ahorremos en la bicicleta nos costará un dinero.
El problema es que todos sabemos que intentar quitarnos esos suponen un sacrificio.
La influencia del peso en el rendimiento
Aplicando las leyes físicas es muy sencillo comprender que cuanto más pese el conjunto ciclista/bicicleta más costará mover la bici, sobre todo cuesta arriba.
En terrenos llanos y por supuesto también cuesta abajo, la influencia del peso no tiene tanta importancia, porque al no haber inclinación la gravedad no hará su efecto.
En las subidas la historia cambia. Basta con ver a los ciclistas escaladores profesionales, que están extremadamente delgados.
En una ascensión, cuanto menos pese el conjunto peso/bicicleta el rendimiento será superior. Además cuanta más pendiente tenga la ascensión en cuestión más influencia tendrán los kilos de más.
Los ciclistas pesados lo pasan realmente mal cuando las pendientes comienzan a superar el 7 u 8% de desnivel. Hasta esos desniveles, aunque un ciclista sea pesado se va a poder defender bastante bien.
No obstante tampoco hay que obsesionarse con este tema, a no ser que seamos muy competitivos y queramos mejorar notablemente nuestro rendimiento.