Revista Salud y Bienestar
Uno de los grandes problemas de la información sobre salud en la web es su fiabilidad, es decir, hay webs basadas en la evidencia, revisadas por profesionales y con información actualizada, y otras webs sin revisar o actualizar, o con información que puede incluso provocar daño al paciente. Hay muchos intentos de solucionar este problema, pero parece que no damos con la tecla adecuada.Lo primero que se intentó fueron los sellos de calidad, como HON Code o Web Medica Acreditada, pero no todas las webs están acreditadas. Además, la acreditación es como una auditoría, ya que se revisa un "corte" informativo de un día, pero la información es dinámica y eso dificulta controlar la calidad día a día. Muchos profesionales y centros sanitarios lanzaron sus propias webs basadas en el principio de la eminencia, es decir, "soy profesional, pongo mi número de colegiado, y la gente la leerá seguro". Sin más... Pero, ¿qué podría empujar al paciente a acceder a webs que no conoce o que nadie le recomienda?Los profesionales se han centrado en la fiabilidad de la información, esto es, en ofrecer información de calidad, revisada y actualizada, con sellos y demás logos. Pero hace falta algo más, ese elemento que podría conseguir que el paciente la visitara y además siguiera sus consejos: la confianza. El paciente sigue los consejos de su círculo de confianza: familia, amigos, profesionales sanitarios. Por eso, si un amigo le dice que la homeopatía funciona, la probabilidad de que le haga caso es elevada (principio de confianza), por mucho que las webs oficiales rechacen esta práctica.¿Qué podemos hacer? Por una parte, crear webs oficiales con información fiable, diseño atractivo y mensajes claros (lejos de los párrafos interminables y la bibliografía eterna). Ahora tenemos miles de webs de información, con mensajes contradictorios, y tal vez el Ministerio podría empezar a trabajar en algo parecido (con contenidos creative commons, para así difundirlos de forma libre y copiarlos en otras webs).Además, los profesionales más cercanos (centro de salud, hospital, servicios sociales, atención domiciliaria) deben prescribir webs y poder recomendar una o varias webs de información de salud que realmente conozca y haya revisado previamente. Si además el profesional ha colaborado en su elaboración, mucho mejor. La confianza del paciente en el profesional se traslada a la web que le recomienda.Si unimos confianza y fiabilidad, la fórmula es mágica... y funciona.