Una nota publicada recientemente en “MIT Technology Review” por Antonio Regalado informa que Apple estaría colaborando con
investigadores de los Estados Unidos para ofrecer a los usuarios de su
teléfono iPhone la posibilidad de acceder a estudios de su ADN. Se invitará a los usuarios de iPhone a enviar sus
muestras de ADN para que sean analizadas por científicos. Según narra
la nota, Apple no recolectará por sí mismo la información,
sino que lo harán socios académicos que mantendrán la información en la
llamada “nube virtual” y eventualmente comunicarán hallazgos a los
usuarios a través de sus iPhones. Se estima que los usuarios podrían
optar por “compartir sus genes” con tanta facilitad como ahora se hace
con las fotos u otras informaciones personales.
Para participar en el estudio, los usuarios tendrían que enviar un
“kit” a uno de los laboratorios que aprueba Apple y allí se harían
estudios sobre un “panel” de 100 o menos genes relacionados con
enfermedades médicamente importantes. No se harían estudios sobre todo
el genoma.
La recogida y almacenamiento masivo de información genética personal presenta algunos problemas éticos:
a) El carácter sensible de los datos personales en materia de salud y
más en particular los datos genéticos, presupone la necesidad de una
mayor y más cuidada protección, especialmente por el potencial de la
información genética para revelar predisposiciones a enfermedades que
pueden ocurrir en el futuro.
b) Este tipo de estudios que se ofrecen
“directo al consumidor” no respeta principios básicos de la ética
médica y dejan a la persona sola con mucha información sobre su salud y
datos genéticos, sin el adecuado marco de la relación médico-paciente
para encuadrar correctamente la información.
c) Existen temores sobre la posibilidad de usos no autorizados de la
información genética, especialmente en el caso que la persona otorgue de
forma irreflexiva una autorización amplia para la manipulación de su
información genética.
d) Esa información genética acompaña a la persona para toda la vida y
el hecho de incorporarla en grandes bases de datos puede dar lugar a
futuros hallazgos que afecten la salud de la persona sin que esta se
entere. Por ello se suele regular lo relativo a la confidencialidad de los
datos.
g) Un mal uso de la información genética puede dar lugar a
discriminación si es utilizada para fines distintos a los propiamente
médicos.