Es uno de los trabajos prioritarios en la comunidad de inteligencia ahora mismo. No, no se trata de identificar y contactar a las mujeres más sexys del país para ver si tienen sentido del patriotismo, por más que eso resulte estimulante, sino la elaboración del informe que cada cuatro años coordina y prepara el Consejo Nacional de Inteligencia para esbozar el panorama que nos espera de aquí a 15 años vista. Para que luego no digan que la inteligencia americana no colabora, en el informe participan especialistas en diversas materias: think tanks, profesores universitarios y otros eruditos a los que se da cuartelillo durante un tiempo.
El informe anterior, que cubría el período 2000-2015 ha visto cumplido muchos de sus pronósticos, por eso los medios y los gobiernos están ansiosos por conocer las previsiones que tenemos de 2016 a 2031. Para conocerlas públicamente habrá que esperar al próximo año, pero vayan aquí, a modo de adelanto generoso por mi parte, algunos de los temas en los que estamos trabajando:
Para empezar, viviremos una de las etapas más cruciales de la historia, con coyunturas críticas.
El papel de China en el mundo sigue creciendo, y aumentarán las expectativas en la región Asia-Pacífico, en concreto cobrará protagonismo el litigio con las islas que disputa a Japón. Su expansión por el Mar de la China Meridional presentará nuevos incidentes. China y su acceso a los recursos naturales jugarán un papel crucial. El poderío militar chino y sus conexiones con la ciberguerra presentará un nuevo flanco de conflicto internacional.
El papel de Rusia será otra de las claves en la geopolítica. La crisis económica rusa va a introducir nuevas variables que desestabilizarán la política internacional y la región euroasiática.
El terrorismo islamista no sólo será abanderado por Al Qaeda y el Estado Islámico, sino que aparecerán nuevas franquicias y extenderán sus zarpazos terroristas a todo el mundo. El peligro que representan se concretará en algunos episodios de terrorismo muy graves, aunque serán esporádicos. Seguirá siendo una de las prioridades de Estados Unidos, y provocará algunas de las próximas intervenciones militares. Los nuevos riesgos vendrán con más insistencia de individuos fanatizados con acceso a nuevas formas para provocar ataques terroristas.
La ciberguerra no sólo se ceñirá a estados u acciones terroristas, sino que se extenderá al ámbito empresarial e individual.
Los nuevos avances en la carrera espacial y algunos descubrimientos científicos y tecnológicos en los que se está trabajando van a consolidar el poder y el liderazgo de Estados Unidos a nivel global durante otro período de esplendor económico relativamente largo, aunque con importantes desigualdades.
Las emergencias de carácter climático y naturales aumentan y se posicionan como algunas de las amenazas más importantes, junto con enfermedades epidémicas y las luchas por los recursos naturales, el agua, el acceso a la tecnología y el regreso del peligro nuclear.
De forma paralela esperamos la población mundial más educada, con mejor salud, más próspera y viviendo en democracia de los últimos decenios.