Revista Infancia

Infoxicación política

Por Stornel
Infoxicación políticaEl término infoxicación (information overload) se refiere a la sobresaturación de información, ruido-interferencia, la cual incluso puede llegar a generar angustia en el usuario por no sentirse en condiciones de encontrar la información buscada. “Todo este fenómeno de multiplicación de la cantidad de información que existe en el mundo se ha venido a llamar la ‘explosión de la información’, aunque más bien debería llamarse la ‘explosión de la desinformación’, indigerible y confundidora”.
Esto es lo que está ocurriendo en este país. A mí me da la sensación de una piragua que va bajando por los rápidos cada vez a mayor velocidad hasta que nos estrellemos. Los políticos no están a la altura de las circunstancias y las contradicciones, escándalos y desorientación sumen al ciudadano en un desánimo cada vez mayor. Nos falta un líder u otros Pactos de Toledo. Les aseguro que si hubiera elecciones sabría a quién no votar pero no a quien votar. Nadie tiene talla para asumir el timón con un par de huevos bien puestos y hacer remar a todos en la misma dirección; globos sonda, mentiras, decisiones improvisadas y muchas cosas dispersan energías y sumen al ciudadano en la tristeza y desesperación. Tenemos los políticos que nos merecemos, eso sí. En el antiguo DNI ponía en un pequeño apartado "profesión"; hoy día en muchos de ellos, saldría lo de antaño: "sus labores" porque no han estudiado nada.
Referente a la Sanidad pueden estar seguros de que el copago está al caer. A todos los trabajadores del hospital - y de otros muchos- se les ha reducido un 5% de su sueldo y para aumentar los ingresos serán más caros los medicamentos y se establecerá el copago. Según un médico de familia el copago está justificado porque la salud es un bien universal y ante la falta de recursos suficientes se deben optimizar éstos y penalizar el abuso e instalar el copago (mínimo por servicio o por servicio no justificado sanitariamente). La demanda de todo servicio gratuito tiende al infinito y acaba por destruir el propio servicio. Así que ya lo saben.
¡Ah! que no se quejen los que no van a votar; hacen un triste favor y su actitud muestra un desprecio democrático. Supongo que piensan el el: "Dios proveerá..." Un libro del lúcido Leopoldo Abadía, que todavía no he leído, tiene un título muy sugerente "La hora de los sensatos". Y eso es lo que falta en muchos de ellos; no quieren perder la poltrona porque si no salen elegidos van directos al paro por ignorantes o si hay suerte - y si tienen influencia- ser seleccionados por la empresa privada para formar parte de los consejos de administración.

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