La infusion es el método propuesto por Robert Swartz, del Centro Nacional para la Enseñanza del Pensamiento, para "enseñar a pensar" a los niños y adolescentes. La infusion consiste en integrar los contenidos que se trata de enseñar y aprender con la enseñanza explícita de destrezas de pensamiento.
¿Por qué deberíamos enseñar a pensar?
En todo proceso de pensamiento se dan dos elementos: el pensamiento en sí (la acción de pensar) y lo pensado, el objeto del pensamiento.
Normalmente, centramos nuestra atención en lo pensado, y no reparamos en la acción de pensar. Al pensar, efectuamos muchos procesos:
Sin embargo, llevar a cabo estos procesos no es exactamente pensar. Estas son destrezas de pensamiento, pero, ejecutadas mecánica o aisladamente, no suponen verdadero pensamiento. Es necesaria una ejecución consciente de estos procesos para que puedan considerarse pensar. Por ejemplo, la comparación entre dos cosas o hechos puede arrojar un sinnúmero de características comunes, pero hará falta la capacidad de discriminación del estudiante para distinguir cuáles son pertinentes y cuáles no. Con la infusion centramos el foco de nuestra atención en el pensamiento, no en lo pensado, y podemos mejorarla ejecución de estas destrezas.