Es muy interesante leer información acerca de la fabricación de la leche materna y ver como el bebé es capaz de "mandar" y dirigir la producción a su demanda. Pero si es interesante leer sobre ello, más alucinante es vivirlo en carne propia.
Ya sabéis que a mis dos hijos les he dado siempre el pecho a demanda. Al estar tan regulado, excepto los primeros meses, después no notaba demasiados cambios cuando mis pequeños tomaban su tan querido ábrelo. Pero fue en la reincorporación al trabajo de mi hijo mayor, y ahora de Pequeña Foquita, que me he dado cuenta que esto de la lactancia es realmente ingeniería fina y precisa.
Readaptación a la lactancia con seis mesesCuando volví al trabajo tras mi primera maternidad, Bebé Gigante aun no tenía los 6 meses. A pesar de la tan popular pregunta acerca de si le iba a destetar, yo continué a lo mío. El día que estuve lejos de mi pequeño por primera vez noté como la producción iba aumentando a medida que transcurría la mañana pero no me supuso ninguna molestia. Fue impresionante, sin embargo, cuando, al llegar a casa y volver a encontrarme con mi bebé, noté que la leche me subía de golpe. ¡Sólo con mirarlo! Increible. Eso me pasó los primeros días hasta que mi cuerpo entendió las nuevas rutinas.
Readaptación a la lactancia con dos años Ahora, al reincorporarme de nuevo al trabajo sabía que me tenía que separar de mi Pequeña Foquita como mínimo siete horas al día. A pesar de que en los últimos tiempos, a excepción de las vacaciones, había reducido bastante sus tomas limitándose al desayuno y las horas previas al sueño, mis dudas y preocupaciones tenía acerca de cómo se regularía toda esta situación aunque me preocupaba menos que con Bebé Gigante que era realmente un bebé lactante.
Esta vez ha sido de lo más natural. No he notado demasiada presión a lo largo de mis horas de ausencia y cuando Pequeña Foquita me ha pedido su ábrelo, pues ha tenido la despensa llena a rebosar. Los lunes, como venimos de un fin de semana al 100% de tomas, quizás note más subida de la normal, pero pronto la leche se autorregula y se adapta a las necesidades de la semana.
Lactancia Cum laudeSi la naturaleza es sabia, la naturaleza que envuelve a la lactancia materna debería recibir el título Cum laude. Cuando se repite con demasiada frecuencia que muchas madres no tienen leche o que deben seguir horarios estrictos, deberían escuchar a sus pequeños. Ellos son los verdaderos activadores de la lactancia materna. Cuanto más toman, más se fabrica, cuando menos se acercan a nosotras, menos leche fabricamos. Así de sencillo, así de maravilloso.