Gracias a una combinación ingeniosa de elementos ya existentes en la industria y un software de creación propia, se ha puesto en marcha este sistema que soluciona la generación de frío a partir de una fuente renovable en edificios ya existentes (la mayoría) y que no fueron pensados para albergar instalaciones así.
Lleva funcionando con éxito casi 3 años, genera la décima parte de la refrigeración que necesita la Escuela de Ingenieros de la Universidad de Sevilla en verano, y en ocasiones hasta un tercio del total. Y desde finales de octubre se ha iniciado la segunda fase del proyecto que consiste en la inclusión de un sistema de acumulación de energía térmica por cambio de fase que permitirá:
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mejorar la gestión del sistema
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disminuir los tiempos de arranque de la instalación
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aumentar el número de horas de funcionamiento cuando no exista radiación solar (días nublados o noche)
Forma parte de un proyecto respaldado en su momento por CTA (Corporación Tecnológica de Andalucía).
Se trata “del único sistema de refrigeración a media temperatura con aplicación real instalado en el mundo”. “En Italia y Alemania hay otros – explica Javier Pino, profesor de la Escuela- pero no están dando un servicio real, son meramente experimentales”.
Primero decidieron el sistema de captación solar. Desecharon el cilindro parabólico y optaron por el llamado sistema Fresnel. “Es un sistema de concentración solar consistente en unas filas de espejos planos que reflejan la radiación solar a un tubo absorbedor.
Las ventajas de este sistema son su modularidad (se adapta a la fisonomía del edificio), facilidad de mantenimiento y rendimiento”, cuenta el profesor Pino. Para Pablo Bermejo “las ventajas de este sistema radican en que los captadores son compactos, ya que la relación entre la superficie de espejos reflectores y superficie de suelo que ocupan es la menor dentro de la tecnología actual – lo cual es ideal para las azoteas –, y más baratos porque su fabricación y estructura soporte son más simples”.
A partir de la radiación solar, se calienta un tubo por el que circula agua en un circuito cerrado y que puede llegar a alcanzar los 180 ºC (“por eso lo llamamos sistema de temperatura media, porque estos sistemas de captación aplicados a generación de energía eléctrica pueden alcanzar temperaturas cercanas a los 400″, explica Juan Rafael López, ingeniero del proyecto).
El agua calentada por el sol llega a la máquina de absorción encargada de producir frío a partir del aporte térmico.
Una máquina de absorción es similar a un aire acondicionado convencional, en el que se sustituye el elemento consumidor de energía eléctrica por uno que consume agua caliente. “Nuestro mérito ha sido acoplar un sistema de climatización ordinario a un sistema de refrigeración solar y que el conjunto funcione de modo autónomo”, señala Javier Pino.
El nuevo sistema de acumulación que se está instalando, basado en un elemento de cambio de fase (hidroquinona) sirve de “colchón energético” para dos o tres días.
Además, dentro del proyecto se ha desarrollado un software específico, gracias a la labor de los profesores José Luis Molina Félix y Pilar Monsalvete, al que han denominado SICAR, con el que han podido determinar el tamaño de los elementos del sistema que había que colocar en la azotea de la escuela en función de las características del edificio (radiación, superficie, clima, .). “Por supuesto, este software serviría para determinar las características y tamaño de estos elementos de refrigeración solar en cualquier otro inmueble”, aclara Pino.
El siguiente paso será estudiar con detenimiento el comportamiento de la instalación durante todo el año entrante, para poder hacer una evaluación completa del mismo.
Vía: Teleprensa
La verdad es que tiene muy buena pinta, a ver qué tal funciona ese sistema de acumulación.