La salida de Inglaterra de la Unión Europea puede sumergir a España de nuevo en una crisis económica profunda y exigir sacrificios y medidas sabias desde el gobierno que ninguno de los partidos políticos españoles parece preparado para afrontar. Europa entera está amenazada por un vendaval de recesión que será especialmente cruel con países de economía débil, como España, necesitada ahora de políticos decentes, sabios y rigurosos, que nadie ve por ninguna parte. A juzgar por los comportamientos políticos y planteamientos, la presente es, probablemente, la campaña electoral más descarada y falsa desde la muerte de Franco. Las promesas no valen, ni existe voluntad de cumplirlas y las ideas solo valen para ganar votos. No hay ideologías firmes, ni promesas solventes. Ni siquiera sabemos quien pactará con quien. Cuando se abran las urnas, los españoles asistiremos al festival de "todo a un euro" en una tienda de chinos. Así de bajo ha caído el sistema político español. ---
La solución de España está en la regeneración, pero es imposible que los corruptos acaben con la corrupción, como también es imposible que el agua produzca fuego. Todo huele a falso cuando las urnas están a punto de abrirse de nuevo. Los que han destrozado el país no van a arreglarlo ahora. Lo lógico es que sigan demoliendo la nación y aniquilando la prosperidad y la esperanza.
Rajoy dice que acabará "ahora" con la corrupción, cuando en los cuatro años anteriores la ha tolerado y protegido. Podemos promete 60.000 millones de euros de más gasto público, pero nadie sabe de donde saldrá ese dinero y la única forma de imaginarlo es con impuestos tan abusivos que acabarán con la economía. Sánchez busca como un desesperado no convertirse en el enterrador del socialismo y realiza esfuerzos sobrehumanos para devolver la credibilidad a un partido que ya no tiene sitio en España porque Podemos se lo ha quitado. Albert Rivera está desorientado y no sabe como convencer a los españoles de que su partido, Ciudadanos, representa la regeneración, después de haber sustenido en Andalucía a los socialistas, maestros en corrupciones, abusos y atropellos.
Los viejos partidos están de capa caída. El PP lucha solo por ganar las elecciones, pero sabe que no conseguirá más escaños que en diciembre y que casi tres millones de sus antiguos votantes le siguen dando la espalda, a pesar de que el miedo ha sido esparcido por cada rincón de España.
Ciudadanos tendría que ser diez veces mas valiente y claro porque su baza única es convencer a los ciudadanos de que ellos son diferentes, pero la metedura de pata de Andalucía pesa sobre el partido como una losa de plomo, más incluso que las muchas contradicciones.
Ante el desastre de los demás, Podemos avanza sin necesidad de programa, sin ni siquiera tener que prometer o demostrar nada. Podemos es un enorme contenedor donde los españoles frustrados y decepcionados van a depositar su voto desencantado, sus papeletas de venganza y sus sobres llenos de odio hacia los políticos que les han arruinado, endeudado y avergonzado con la injusticia, la desigualdad y hasta con el simple hecho de ser españoles.
Una campaña de mercadillo de segunda mano, de todo "bueno, bonito y barato". Dame tu voto "paisa". Los partidos parecen mendigos a la puerta de la democracia, extendiendo la mano para mantener su estatus de privilegios, riqueza y poder. Los políticos, sin dignidad ni solidez ética, acostumbrados a convivir con la corrupción y la omertá, pueden hacer cualquier cosa con tal de no ser desalojados del goloso Presupuesto Nacional. Todo el que viva fuera del presupuesto --ellos lo saben muy bien--- es un desgraciado en España.
Unos dicen que todos tendremos la luz garantizada; otros que habrá una renta básica de supervivencia; otros afirman que ellos son diferentes y serios. Pero ninguno habla de lo único que es importante: convertir la dictadura actual de partidos en una democracia auténtica, bajo control de las leyes y de los ciudadanos, con los poderes funcionando por separado y en libertad, con la ética y los valores en la cúspidem en lugar de la corrupción y el abuso, sin delincuentes atrincherados en el Estado, sin tantos parásitos cobrando del erario público, sin tantos políticos enchufados, respondiendo ante los ciudadanos y la ley de los errores y traiciones, devolviendo lo robado...
En las actuales circunstancias, sin un atisbo de regeneración en el horizonte, el voto es inútil porque nada va a cambiar sustancialmente. Los jugadores del mercadillo son menos fiables que los charlatanes y engañadores que ponen sus puestos y que ofrecen mercancías falsificadas al iluso comprador.
España entera es un mercadillo de segunda mano, regentado por tramposos y rufianes.
Francisco Rubiales