Ignoro el nivel de inglés de Dª Esperanza, de quien hablábamos ayer, pero la Sra. Botella evidenció el suyo haciendo célebre el “relaxing cup of coffee”, tal vez por eso de que durmiendo en la misma cama que D. José María, se contagió del dominio que de la lengua de Shakespeare tenía el expresidente, sobradamente conocido por el peculiar acento de sus discursos en inglés. Nuestros dirigentes manejan presupuestos desorbitados y acceden a su puesto preeminente en base a permanecer callados mientras suben puestos en las listas electorales; nadie les exige título alguno, ni conocimientos de idiomas, ni experiencia de cualquier tipo. Dª Leire Pajín y Dª Bibiana Aído llegaron a ministras gracias al buenismo zapateril, pero probablemente, no hubiesen sido capaces de acceder a un puesto de secretarias de dirección en cualquier empresa privada con una mínima exigencia laboral. Esta desconexión entre los políticos y sus bases; una corrupción generalizada y un desinterés palmario por otro asunto que no sea ocultar lo mejor posible los excesos cometidos por propios y extraños, generan una enorme desconfianza en la clase política, que se enriquece a costa de nuestros impuedstos sin que para ocupar un cargo hayan que haber aprobado un curso elemental de inglés. Lamentable.