Revista Coaching

Inglés en diez lecciones

Por Candreu
Inglés en diez leccionesOcho sesiones en esta semana de regreso tras la Pascua. La del martes, en Barcelona, fue especialmente interesante sobre todo por el diálogo y debate que tuvimos tras la misma. Una de las cosas que más clara quedó al final fue que siempre recibimos a cambio lo mismo que ofrecemos, bien sea en nuestras relaciones personales o profesionales. Nadie puede dar lo que no tiene y si das amor, recibirás amor; pero si das odio, recibirás odio.
Cuentan, aunque hay duda sobre su veracidad, que un pobre agricultor inglés, de nombre Fleming, escuchó un día mientras trabajaba su campo los gritos de auxilio de alguien desde un lago cercano. Soltó sus herramientas y corrió en su ayuda. Al llegar a la orilla del estanque, descubrió a un niño aterrorizado, clavado hasta la cintura en el lodo intentando salir de allí. Con la ayuda de unas cuerdas, el agricultor consiguió salvar al niño de lo que hubiera sido una muerte lenta y terrible.
Al día siguiente, una impresionante carroza se detuvo en la humilde casa de Fleming. Un noble inglés, vestido elegantemente se bajó del carro y se presentó:
- Buenos días señor, soy el padre del niño al que usted salvó ayer en el lago y quiero recompensarlo.
- No, señor, yo no puedo aceptar una recompensa por lo que hice - respondió Fleming - Hice lo que cualquiera hubiera hecho.
En ese momento el hijo del agricultor salió a la puerta de la casa a observar la escena.
- ¿Este es su hijo? - preguntó el noble
- Si, señor.
- Pues le propongo un trato. Déjeme llevarme a su hijo y ofrecerle una buena educación. Si su interior es parecido al de su padre, con una buena preparación, se convertirá en un hombre del cual usted estará muy orgulloso.
Con el paso del tiempo, el hijo de Fleming se graduó en la escuela de Medicina de St. Mary´s Hospital en Londres y se convirtió en un personaje mundialmente conocido tras descubrir la penicilina: sir Alexander Fleming.
Algunos años después, el hijo del noble inglés cayó enfermo de pulmonía... ¿y qué lo salvo?: La Penicilina.
¿El nombre del noble inglés?: Randolph Churchill
¿El nombre de su hijo?: Winston Churchill
Vivimos rodeados de anuncios que nos prometen mucho por muy poco. Y eso es imposible. Nadie aprende inglés en diez lecciones. Debemos convencernos de que todo lo que vale la pena en esta vida requiere esfuerzo y que nosotros recibiremos tanto, como nosotros demos.

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