‘Inglorious Basterds’ Los Nazis según Tarantino

Mientras el elegante, políglota, sarcástico y eficiente perro sabueso de la inteligencia nazi, el Coronel Hans Landa (Christoph Waltz) se dedica a perseguir judíos por toda Europa para matarlos sin contemplación, un grupo que se hace llamar ‘Bastardos sin gloria’, se dedica a cazar y matar nazis. Este es el argumento de la última entrega de uno de los ‘niños terribles’ del cine estadounidense: Quentin Tarantino.
‘Inglorious Basterds’ (2008) es una fábula violenta y juguetona sobre el genocidio judío durante la Segunda Guerra Mundial estrenada en la última edición del Festival Internacional de Cine de Cannes, contada por capítulos plagada de sangre y venganza y precariamente construida en su argumento, con caídas de ritmo tan escabrosas como lo que cuenta y con desiguales niveles actorales que la llevan a un desastrozo subproducto del cine marca Tarantino. Y que se salva en parte a la impronta de un estilo de cine de autor único e inconfundible plagado de sarcasmo y humor negro que se burla del cine bélico geopolítico y de propaganda pro norteamericana, matizado con una ecléctica banda sonora que le favorece que recuerda en su puesta en escena las películas de serie de B de vaqueros y forajidos y que hace un guiño al llamado ‘Spaguetti Western’ del gran director italiano Sergio Leone.
El reparto internacional la hace plenamente atractiva para el mercado mudial: encabeza la lista Brad Pitt quien tampoco aquí logra convencer en su capacidad histriónica y debe reconocerse que en gran parte se debe a un rol plano, caricaturesco y sin historia como el jefe de la ‘pandilla’ dedicada a masacrar nazis para luego arrancarles la caballera. Le acompaña el director estadounidense Eli Roth (realizador de ‘Hostel’) actuando como uno de sus secuaces con resultados nefastos. La diva alemana Diane Kruger (‘Troya’, ‘Copiando a Bethoveen’) luce tan bella y floja como usualmente sucede en el papel de una actriz germana que apoya a la resistencia. La estrella francesa en ascenso Mélanie Laurent, (París) que carga sobre sus hombros el rol de una sobreviviente del genocidio dispuesta a vengarse de sus verdugos. El actor alemán Daniel Brühl (Adios a Lenin, Los Edukadores) es un soldado nazi convertido en héroe y sobre el cual se hace una película que resalta el espíritu del nacional socialismo bajo la producción del Ministro de la propaganda nazi, Joseph Goebbels. Y finalmente, el as bajo la manga del grupo actoral y que saca a flote y salva esta aventura que se traiciona a sí misma por lo descabellado de su apuesta: parodiar la historia sin cimentar bases completamente creíbles para el espectador. El actor alemán Christoph Waltz, que construye con detalle a este elegante asesino, racista y cultivado militar de la SS que persigue con saña a sus víctimas ganándose por su rol el reconocimiento mundial y llevándose la Palma de Oro como mejor actor en Cannes 2009. Sin duda, el Oficial Hans Landa entrará a la lista del top de los mejores villanos de la historia del cine.
Lo mejor de esta regular película: el toque Tarantino y el actor alemán Christoph Waltz.