Inhumanos, de Paul Jenkins y Jae Lee

Panini ha reeditado hace unos meses Inhumanos, cómic que alcanzó cierto éxito en su momento de modo que siempre ha tenido buena prensa. Al final la cosa no era para tanto, tal y como adelantaban los hechos de que, en una época en que se saca cualquier cosa en tomo, no se ha reeditado hasta ahora, 11 años después de su edición española, y se ha hecho en un formato poco respetuoso .

Esta maxiserie sobre los inhumanos se sitúa en un momento en que Marvel quería ser rompedora y modernísima. Así, lo que se buscaba con ella era renovar unos personajes secundarios que estaban envejeciendo. Lo curioso del caso es que la historia de Jenkins es muy clásica, aunque la cuenta de forma moderna, de modo que toda la novedad reside en el dibujo. Un trabajo flojete de Jae Lee que, sin embargo, alumbró unos buenos rediseños, de los pocos que siguen vigentes, a pesar de que a un tipo serio y conservador como Karnak no le pega nada llevar tatus.

El trabajo de Jenkins es competente y ya. Su argumento no es original y el desarrollo es muy irregular ya que aquel es tan exiguo que no quedó otra que estirarlo. Pero destaca escribiendo. Así, cada grapa es una agradable lectura, cuya extensión es más propia del pasado, de modo que compensa la lentitud y las excesivas digresiones de la narración. El problema es que Jenkins nunca llega a creerse a los personajes y su entorno de modo que torpedea su trabajo al mantener las distancias y parodiarlos. Lo que no puede hacer un autor que escribe un drama es no creérselo y burlarse de los personajes. Así pues, ¿por qué esta maxiserie tiene buena prensa? Pues porque es una grata lectura, es una historia pelín más compleja de lo que es habitual en el mainstream, es diferente por su acento en el drama y la escasa acción que hay en ella, en su momento parecía adulta y, como nadie relee, no se ha revisado una opinión que tiene ya una década. De todos formas hay que reconocer a esta obra su visión pues anticipa el estilo que está de moda hoy. Ese dibujo oscuro y serio y esa historia lenta y poco superheroica entonces era algo diferente pero hoy es el pan de cada día.

El trabajo de Jae Lee es muy pobre. Es excesivamente dependiente de la referencia fotográfica, pasa de hacer fondos, si bien es de los que mejor lo disimula, y es un narrador limitado. No obstante encaja con el tono de la historia de Jenkins. Una historia un tanto oscura y compleja donde lo importante son las expresiones de los pjs y no sus movimientos. Así, aunque Jae Lee acaba por aburrir por ser limitado, lo cual perjudica al guión de Jenkins, hay que reconocer que es un dibujante apropiado para el trabajo. Su estilo singular es adecuado para dibujar personajes raros como los inhumanos y su tenebrismo no casa mal con una historia sobre como el poder nos convierte en marionetas sin que lo sepamos.

En resumen, Inhumanos va de más o menos (tanto en guión como en dibujo) y no es nada del otro mundo, pero es agradable de leer y es diferente. Eso normalmente es suficiente pero aquí sabe a poco pues los autores desaprovechan la oportunidad de, pudiendo hacer cualquier cosa con personajes bastante impolutos, hacer algo significativo. Jenkins finalmente no aporta nada nuevo a los inhumanos y Jae Lee, pudiendo asociar su estilo a los inhumanos, hace un trabajo pobre, por tanto insuficiente, para plasmar la heroicidad trágica de aquellos.