En la capital de Chile, donde viven 7,1 de los 18 millones de habitantes del país, inició este lunes con más cuidado de lo esperado, la fase de desconfinamiento casi total, despues de casi siete meses de cuarentena por el COVID-19.
A pesar de los cambios, Chile mantiene un toque de queda nocturno en el marco de un estado de excepción impuesto hasta el 15 de diciembre. Los ciudadanos se toman con cuidado el final de la cuarentena, así como el avance de otras comunas a la tercera fase de las cinco del plan de desconfinamiento, que permite la reapertura de terrazas de bares y restaurantes.
A pesar de todo, en el ambiente habita un temor a un repunte en los contagios, que en la Región Metropolitana de Santiago se mantienen estabilizados en torno a 1.800 nuevos casos diarios desde hace al menos dos meses, una “meseta alta”, según indican los especialistas.