Miembros de los dos Observatorios sociales de la provincia, Opasi y Opegu, presentaron el pasado jueves la campańa 'Conócelo y Reconócelo', que busca el reconocimiento del empleo doméstico como profesión y dignificar un trabajo, que en la provincia de Guadalajara desempeńan en su mayoría, mujeres e inmigrantes. Entre los retos, acabar con los abusos que reciben, luchar por un marco de regulación laboral y formar a las empleadas de hogar.
Salarios por debajo de los límites exigidos, un alto porcentaje de trabajos en economía sumergida, precariedad en la regulación laboral, agresiones, abusos de poder, insultos, gritos, acusaciones falsas, comentarios racistas y “situaciones extrańas que no podemos permitir”, zanja Braulio Carlés, Vicario de Pastoral Social y responsable de Accem Castilla-La Mancha, al hablar de la situación de las empleadas de hogar, mujeres e inmigrantes en su mayoría, a las que se dirige la campańa que ayer se presentó en Casa Nazaret con el fin de “sensibilizar” a la población y “dignificar una profesión”.
El 96,9% de los trabajadores del hogar en la provincia y que han sido encuestados para la elaboración del informe anual de Opasi y Opegu, los dos Observatorios sociales de la provincia, es mujer. Sobre todo, inmigrante y concretamente, latinoamericana (48%), la nacionalidad mayoritaria, tras la rumana (19%) y la magrebí (11%), un pequeńo porcentaje en comparación con el alto número de residentes de estas nacionalidades, sobre todo, Marruecos. Las empleadas del hogar espańolas no suponen ni el 10%. Si se habla de externas, el 100% es inmigrante.
A la feminización del sector, se le une la precariedad laboral y los riesgos psicosociales del colectivo, que tampoco “reconoce su trabajo como una profesión”. La percepción es esa”, según Ana Isabel Pedroviejo, de Guada Acoge. También fuera. La empleada de hogar sigue siendo “la chica que ayuda en casa”.
Una de las conclusiones del informe anual de los observatorios sociales es que el empleo doméstico “se está convirtiendo en un trabajo-refugio”, al que volver “cuando se quedan en paro” e, incluso, un trabajo “permanente”.
La mayoría de las encuestadas llevaba menos de 1 ańo siendo empleada doméstica, pero un 25% lleva entre 3 y 5 ańos y un 8%, más de 5 ańos. En su mayoría, trabajan por horas (54%) y reciben entre 6 y 8 euros por hora trabajada (51%).
Las que trabajan como internas (un 24% de las empleadas del hogar en la provincia) ganan de 500 a menos de 637 euros al mes de media.
“Nos preocupa la situación de las empleadas de hogar”, afirmó Piedroviejo, que recordó además la necesidad de “revisar el marco legal” y lanzar una “campańa de sensibilización y formativa” y elaborar un “marco de reconocimiento del sector” para “trabajar por la dignificación de la profesión”, remarcó Laura Adriano, técnico de Cáritas Diocesana.
El de los riesgos laborales también es otro de los problemas del colectivo. No sólo porque, según el citado informe, dos de cada tres empleadas desconoce las medidas de prevención de riesgos laborales, sino porque el 30% ha sufrido un accidente o enfermedad ligado a su actividad laboral y el sector no cuenta aún con este tipo de prestación.
La campańa, que ayer se presentó junto al cortometraje ganador del concurso –‘De mayor quiero ser...’, dirigido por Adela Burgos, de Contrapicado Films– saltó a la calle, en la plaza de Santo Domingo donde, al mediodía, se repartieron octavillas, que recordaron, entre otros aspectos, que “la persona que limpia, cocina o cuida de nuestra familia en casa está trabajando”.
También, derechos como “dos pagas extras al ańo, un descanso semanal de 36 horas ininterrumpidas y 12 diarias o el derecho al permiso de lactancia y la reducción de jornada por atender a un hijo menor de 8 ańos o mayores necesitados” y a percibir “una indemnización de 20 días de salario por ańo en la extinción de contrato”.
Además, la empleada de hogar debe saber que es obligatorio que sus condiciones laborales estén escritas y “cotizar desde la primera hora de trabajo”.
Fuente
Fotografía - Criado Antonio