Al día siguiente, cuando todos desayunaban y se preparaban para el viaje, apareció Colban, el Guardia Gris humano, de hacer unas compras por el mercado. La realidad es que Colban es adicto al lirio y la visita a Orzammar era una buena excusa para procurarse una buena cantidad de su medicina mientras estaban por los Caminos de las Profundidades.El grupo partió encabezado por los enanos y seguidos por los Guardia Grises. Sabían que para llegar al thaig Tranador debían, primero, llegar a Kal-Sharok, el otro thaig habitado que queda en pie. Tras medio de camino se encontraron con los primeros engendros tenebrosos, y no serían los últimos.
Estudiando los personajes antes de empezar
Avanzaron con cautela hasta poder observar a las criaturas. Eran dos, armadas con hachas, y estaban registrando y royendo los cuerpos de varios enanos. Pronto, gracias a su olfato, los engendros detectaron a los personajes y el combate no tardó en comenzar aunque, por suerte para los jugadores, sus golpes fueron más efectivos que los de los engendros y no pasó mucho tiempo hasta que sus enemigos mordieron el polvo.Entraron en la pequeña cámara donde se encontraban los cuerpos de los enanos, y vieron con sorpresa que no eran de la casa Tranador sino de la casa Aeducan, gobernantes de Orzammar. Era raro encontrarse a soldados reales por esta parte de los túneles pero, como no era asunto suyo, decidieron tomar nota de lo sucedido e informar después cuando regresaran con el deber cumplido.Siguieron su camino hasta pasar cerca del thaig Aeducan donde, según las indicaciones, debería haber un camino directo hasta Kal-Sharok.Y lo había, como bien indicaban los mapas, pero justo cuando se emprendían marcha hacia su destino, los gritos de auxilio de un enano, y los gruñidos carcajeantes de los engendros tenebrosos, llamaron su atención. Se acercaron con precaución hasta llegar al final del camino, un viejo puente que continuaba 30 metros después, tras un gran vacío que dejaba el thaig Aeducan bajo sus pies. Al otro extremo, donde el puente continuaba hasta bajar al thaig, cuatro genlocks y un urlock jugaban con un enano para ver cuanto aguantaba antes de caer del puente.El intercambio de flechas y hechizos no tardó en llegar.
Dados y flechas cruzando la mesa de juego
Por el enano no pudieron hacer nada ya que los genlock le lanzaron al vacío antes de comenzar el combate, pero de los engendros dieron buena cuenta tanto de los de arriba del puente como los que estaban entre las ruinas del thaig. Cuando descubrieron el cuerpo del enano, perteneciente a la casa Aeducan, vieron que tenía un pequeño libro en las manos. Como ese no era un buen lugar para pararse a estudiarlo, enterraron al enano bajo algunas piedras y retomaron su camino hacia el thaig Tranador. Los Caminos de las Profundidades son traicioneros y peligrosos, por lo que decidieron que lo mejor era descansar y continuar marcha cuando el mago se repusiera. Durante ese tiempo, en que el ominoso silencio de los túneles fue su única compañía, el mago comenzó a leer el libro, que resultó ser un diario, y descubrió que un apóstata había engañado a la casa Aeducan para llegar hasta el thaig Tranador y capturar al valterral para que los enanos pudiera usarlo como entretenimiento en la arena o como arma contra sus enemigos. A cambio, tan solo pedía quedarse con un espejo que había en el thaig y que era muy importante para él. Parecía que las leyendas eran ciertas y el mago, cansado de que este mundo le hubiera tratado a patadas desde el día en que nació, empezó a considerar la idea de cruzar el espejo para llegar a Arlathan para dejar Thedas de una vez por todos.Con esa idea rondándole en la cabeza, y los enanos discutiendo si cuando encontrasen al que había hecho eso lo matarían antes o después de interrogarlo, el grupo avanzó decidido hacia Kal-Sharok.Llegaron a su destino un día después, sin contratiempos de última hora ni encuentros desagradables. El thaig de Kal-Sharok, el otro reino enano habitado, les dio la bienvenida a sus ruinas, su silencio y sus muertos pues, para la sorpresa de todos, la única vida que allí había fueron los dracos que acudieron al olor de la carne fresca.El combate con la reptiliana criatura fue duro, aunque no hubo que lamentar bajas. Viendo lo que se avecinaba, y haciendo caso al dicho popular que dice que dónde hay un draco, siempre hay más, aceleraron el paso para cruzar las ruinas lo antes posible. Sin embargo, por el rabillo del ojo vieron cuatro dracos más que les seguían y que intentaban cerrarles el paso cada vez que avanzaban hacia la salida. La situación era angustiosa ya que, si un draco había resultado ser un duro combatiente, cuatro dracos podrían significar la muerte del grupo. Pero gracias al conocimiento militar del campeón Kynewulf, el torbellino que se mueve por el campo de batalla golpeando sin piedad al enemigo, gritando y matando hasta que no quede nadie en pie salvo él y sus compañeros, los más hábiles se encaramaron a una gran estatua para tener una visión general del lugar y de las posibles opciones para un enfrentamiento ventajoso. Fue entonces cuando vieron, a lo lejos, custodiando la salida, lo que parecía un mago y que, además, ese mago controlaba a los dracos de algún modo.
Buscando qué hacer con los puntos de proeza
Sabiendo ya qué aspecto tenía su, supuesto, enemigo, debían descubrir cómo sabía le mago dónde estaban en cada momento. Debía de haber algún tipo de hechizo en el thaig, dedujo el Torbellino, así que el mago y el templario comenzaron a buscar glifos, runas o cualquier cosa que fuera mágica.Tras unos minutos de búsqueda, el mago encontró un glifo que parecía ser parte de una red que cubría el thaig y que, si querían salir de allí, debían destruirlo. Fue en ese momento cuando los dracos, guiados por el mago, se dispersaron por el thaig protegiendo lo glifos restantes y atacando al grupo el draco que debía proteger el glifo que habían descubierto los jugadores.Esta vez el reptil no fue tan duro como su antecesor y fue cadáver antes de lo previsto, momento en el cual comenzaron a romper el glifo. El apostáta, viendo que su red iba a ser destruida, lo dracos saldrían de su control y todo su plan se iría por el sumidero de un escorial, se acercó gritando a los personajes para que parasen, lo cual hicieron dando a entender que parlamentarían con el desconocido. El apóstata, de nombre Falos, era un elfo que había llegado allí para activar el espejo del thaig Tranador y necesitaba la ayuda de quien fuera para enfrentarse al valterral. El grupo, reticente a la propuesta de colaboración del apóstata, aceptó de mala manera ayudar al mago si así conseguían las reliquias que había ido a buscar. El grupo, por tanto, contaba con un nuevo integrante para enfrentarse a lo que les esperaba en el thaig Tranador.El viaje fue tenso, lleno de amenazas no veladas hacia el apóstata y su destino por haber matado a tantos enanos. El grupo sabía, gracias al diario encontrado, que el apóstata pensaba traicionar a los enanos una vez estuvieran en el thaig Tranador, pero no sabían de qué manera lo haría. Todo eso se resolvería cuando llegasen a su destino, un día más tarde. La escalera de piedra que bajaba hasta el thaig serpenteaba desde lo alto de la roca hasta el suelo, demasiado cerca de la presencia del valterral. El miedo hizo mella en todos los presentes, salvo en el mago guardia gris que comenzó el descenso sin miedo a la muerte.El valterral les esperaba abajo, sabedor de que cualquiera que llegara allí era para utilizar el espejo, ese objeto que daba sentido a su existencia y que debía proteger como fuera. Avanzó hacia la escalera decidido a terminar con los intrusos, que fueron recibidos por el aliento de ácido de la anciana criatura. El apóstata, al recibir el ataque, cayó al suelo inconsciente. El resto del grupo, con el miedo aún en el cuerpo, se abalanzó hacia su enemigo con hierro, madera y magia.El combate fue duro u largo, y se complicó aún más cuando Falos se levantó y descubrió su verdadero yo. Tomó al mago por la espalda e intentó usar la sangre de este para activar el espejo, pero el hechizo falló. Ante tal situación, y viendo que bajo las escaleras el combate con el valterral no tenía un vencedor claro, Gorim el bardo, pero ante todo, Gorim el pícaro, se acercó furtivamente a la espalda del mago de sangre y le asestó una puñalada que, si bien le hizo bastante daño, no fue suficiente para tumbarlo y propició que el apóstata tomara a Gorim para usar su sangre y abrir el portal a Arlathan justo un asalto antes de que la magia del Guardia Gris acabara con la vida del maligno mago.
¡Valerralazo!
Mientras en el suelo, habiendo perdido ya el miedo, los enanos y el otro Guardia Gris se enfrentaban a la criatura en un combate terrible al que se sumaron el pícaro y el mago. Los golpes resonaban en las ruinas del thaig y los gritos del valterral, los enanos y los guardias grises se mezclaban entre salpicaduras de ácido y heridas de las que manaba la sangre a borbotones. La desesperación empezaba a hundir el espíritu de los héroes que veían como el valterral aguantaba sus envites mientras sus garras se ensañaban con el berserker de la Legión de los Muertos que les había acompañado durante todo el viaje. El berserker, por su parte, golpeaba con furia animal a su enemigo y por fin, tras un combate que será cantado por los salones de Orzammar durante siglos, el valterral murió.Tras acabar con su enemigo, y cerciorarse de que Falos estaba muerto, debían ocuparse del espejo. El debate fue largo, pero al final optaron por destruirlo para que nadie pudiera utilizarlo. Emplearon un día más en registrar el thaig a conciencia y abandonaron las ruinas con los objetos que fueron a buscar en sus mochilas.La casa Tranador les recibió con más aplausos y vítores que cuando llegaron allí, casi una semana antes. Los compañeros de batalla, enanos, elfo y humano, se desearon un próspero porvenir y que sus caminos se cruzaran de nuevo. Los enanos sabían que no podían salir de Orzammar so pena de ser considerados exiliados, y la única forma legal de poder entrar y salir del reino enano era convertirse en Guardias Grises.Por su parte, Lord Tranador agradeció a los Guardias Grises su ayuda y les pidió que, cuando hubieran leído el libro, enviaran una copia a Orzammar para que los Talladores de la Memoria pudieran registrar las gestas que se vivieron en el thaig Tranador. También les invitó a volver y llevarse a sus amigos enanos gracias a los privilegios que sólo los Guardias Grises tenían. Sospechaba que una amenaza interna se cernía sobre el reino enano y la guerra civil no tardaría en estallar, y no quería que sus personas de confianza, así como sus hijos, perecieran por las ansias de poder de otros.Con el deber cumplido, y una botella de lirio en la mochila, los Guardias Grises abandonaron Orzammar con la esperanza de poder regresar algún día.
Su amigo y vecino, el Valterral
Conclusiones
Para poder sacar unas conclusiones veraces sobre la partida de ayer, creo que lo mejor sería que los jugadores hablasen y compartieran su experiencia. Por mi parte, aunque hay algunos puntos negros (negrísimos) que ahora comentaré, me voy satisfecho con la actitud general de todos los que participaron en la sesión de juego, incluso con nuestro jugador número 12, Mila, que como estuvo toda la tarde viendo como jugábamos, cuando tomó el papel de Berserker porque el jugador tenía que irse no hubo que explicarla nada e incluso descubrió una aptitud de su personaje que había pasado desapercibida durante toda la partida y cuyo resultado fueron varios ataques de 9d6 gracias a las proezas.Con lo que no estoy nada contento es con la parte que me toca. Como partida de iniciación fue larga (cerca de 8 horas), con muchos combates y poco diálogo para que los jugadores pudieran interpretar más que lanzar dados. Llegado un momento de la historia, la partida se me fue de las manos completamente y me olvidé de que había gente que esta era su primera partida de rol. Todos esto fallos terminaron encarnados en el enfrentamiento con el valterral, un enemigo de 290 puntos de vida duró en pie 1h30m.Posiblemente todo hubiera ido mejor si la partida se hubiera hecho en dos sesiones o si, en lugar de optar por Dragon Age con personajes de nivel 6, hubiera cogido Aventuras en la Marca del Este, unos personajes de nivel 3-4, y les hubiera narrado algo más tranquilo, sencillo y cercano, sin enemigos legendarios de 300 puntos de vida.Aun así, no me voy con un sabor amargo al 100%. Los jugadores respondieron y tiraron hasta el final aunque los ojos se les caían, y eso es de agradecer por parte del DJ.Para la siguiente sesión prepararemos una visita a alguna casa perdida entre Arkham y Dunwich, así tendremos más investigación y diálogo y menos tiradas de dados.Sólo me queda agradecer a dos de mis jugadores habituales (Factor Freak y Dumaha) la paciencia que tuvieron con la partida y su disposición a ir hasta Azuqueca de Henares para atraer a más gente a este mundillo, sobre todo Dumaha que tenía un esguince gargantuesco pero no faltó a la cita.Gracias a todos, y cuando queráis montamos otra.
LOS COMENTARIOS (1)
publicado el 03 abril a las 19:35
Yo estoy corriendo Dragon Age, llevo 3 sesiones.. y muy chido.. saludos