Revista Opinión
Iñigo Errejón, un año después de haber lanzado Podemos, cree que la campaña del miedo lanzada por ciertos partidos va a ser todavía más dura. “Vamos a vivir un año terrible, la campaña de infamias y de acoso irá a más. Tratarán de desgastarnos, en que no lleguemos políticamente vivos o intelectualmente sanos a la cita de noviembre. Así que vamos a tener un año infernal y va a ser difícil aguantar. Pero lo importante no es que Podemos gane, sino que esa grieta que es capaz de abrir sea llenada por mucha energía y creatividad popular”. Así lo manifestó en una entrevista con periodistas de tres generaciones –Soledad Gallego-Díaz, Jacobo Rivero y Miguel Mora– que conversaron con el secretario de Politica de Podemos. “Mucha gente nos dice: ‘Con que lleguéis hasta aquí, yo ya os lo agradecería muchísimo, por el meneo que les habéis dado, el miedo que tienen y cómo se están empezando a mover’. Pero todo eso se les pasa rápido. La posibilidad de volver a las posiciones de antes, como si no hubiera pasado nada, está ahí”.
Errejón cree que vivimos una situación muy complicada. “Las empresas se van de España. La crisis no para de crecer. Los intereses de la deuda se comen buena parte de los esfuerzos de los españoles.... En ésas estamos. Yo creo que no hay diferencia entre solucionar la problemática social y solucionar la problemática democrática. Nunca habríamos llegado a esta situación de despojo de la mayoría y de empobrecimiento de los sectores populares y medios si no hubiese sido por una masiva concentración de poder en manos de unos pocos. Por eso han podido hacerlo. Tiene que ver con afinidades, con la conquista del aparato del Estado, con una conquista paulatina de espacios en la sociedad civil, en los medios de comunicación, en la capacidad de convencernos de que las razones de unos pocos son las razones de todos”. Para él, el 15-M fue seguramente la mejor vacuna para nuestro país y lo que puso sobre la mesa es que la cuestión social y la cuestión democrática iban de la mano. “Subrayó que la mayor concentración de riqueza en manos de las élites se ha dado en el momento de mayor descrédito de las instituciones y del mayor alejamiento de la gente respecto a la representación. Y que una y la otra son lo mismo… Queremos dotarnos de un pacto que diga, por ejemplo, que el derecho a la sanidad pública está igual de blindado que el derecho a la libertad de expresión. Y queremos dotarnos de unas normas que hagan que eso no esté en manos de una mayoría o de otra. Que pueda haber modificaciones en el equilibrio electoral en un sentido o en otro, pero que hayamos construido un suelo mínimo. Yo creo que no hemos sido capaces de construirlo. Un suelo mínimo que garantice que todos los ciudadanos puedan ser ciudadanos”.
Errejón cree que ciertos movimientos sociales se han convertido en alternativa de cambio y otros no. La clave, según él, es que las cosas se les han ido tanto de las manos a los poderosos que reivindicaciones muy moderadas son hoy las banderas del cambio. “Nos han puesto muy fácil la receta. No somos una suerte de laboratorio, solo somos unos militantes universitarios críticos que quieren cambiar las cosas y que, en un momento, dijimos: ‘vamos a convertir esa marea de gente harta en una alternativa de cambio’. No lo hemos conseguido. Solo hemos puesto sobre la mesa que es posible, que hay condiciones para el cambio. Pero falta lo más duro”. En cuanto a la falta de ideología de Podemos, cree que las diferencias formales entre izquierda y derecha ”se han borrado tanto que la gente ya no se identifica con eso... En cambio, la división entre casta y ciudadanía ha prendido como un campo de hojas secas al que tiras una cerilla. La cerilla solo había que tirarla, pero la clave es que el campo estaba totalmente seco y que el terreno estaba abonado. Pero eso no es una apelación nuestra a desideologizar. Al revés: se trata de hacer más política pero con otras metáforas”.