Los días 5, 6 y 7 de Junio tendrá lugar en Tenerife el 48º Congreso anual de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE) y el presente año he tenido la satisfacción de que el Comité Científico del Congreso acepte las cinco comunicaciones que propuse. Todas ellas tienen como contenido fundamental los injertos de grasa y sus múltiples aplicaciones, desde el engrosamiento de pene hasta la reconstrucción de los miembros inferiores pasando por la remodelación facial y nasal.
Las dos comunicaciones que versan sobre tratamientos faciales hacen especial hincapié en la importancia de las proporciones faciales y nasales y de cómo mejorarlas mediante rinoplastias e injertos de grasa.
Presentaré igualmente mi experiencia en faloplastias de aumento comunicando un resumen de 275 casos realizados a lo largo de más de quince años. El engrosamiento del pene puede realizarse de forma aislada o junto con una cirugía de alargamiento.
En el terreno de la cirugía reconstructiva también tengo aceptada una comunicación en la que pretendo comunicar cómo mejorar la reconstrucción de los miembros inferiores mediante injertos de grasa. Pacientes que sufren secuelas de polio, de accidentes o de otras cirugías podrían encontrar en esta técnica una ayuda para mejorar su situación y, como no, mejorar la calidad de sus tejidos.
Tratamiento de tortícolis muscular congénito con injertos de grasa
Pero de estas cinco comunicaciones una de ellas es la que me ilusiona en mayor medida ya que se trata de una primicia y no existe nada publicado en el mundo a este respecto. Se trata del tratamiento del tortícolis muscular congénito con injertos de grasa intramusculares.
Se trata de la tercera patología congénita más frecuente después de la displasia congénita de cadera y el pié equinovaro.
Aunque en más de un 85% de los pacientes se resuelve mediante fisioterapia durante el primer año de vida, un pequeño porcentaje de casos no se tratan o no responden al tratamiento conservador. En estos casos es necesario recurrir al tratamiento quirúrgico para mejorar las secuelas de cara y cuello.
El tratamiento clásico del tortícolis muscular congénito ha consistido (realizado de diversas formas) en la sección y alargamiento del músculo esternocleidomastoideo afectado, consiguiéndose resultados aceptables pero incompletos. La apariencia estética del cuello y la cara cambiaban poco y la fibrósis residual que afecta al músculo tampoco era tratada.
Con los injertos de grasa implantados dentro del músculo conseguimos alargar el músculo y darle más plasticidad y volumen por lo que tratamos el aspecto funcional y estético de la patología en un solo tiempo. A finales de año, este mismo trabajo será presentado en la 5ª Conferencia Internacional sobre Cirugía Regenerativa que tendrá lugar en Roma.
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