Fecha: 19 de Julio de 2010
Lugar: Cala Blanca-Menorca-España (ver en Google Maps)
Hora Entrada: 22:29 Hora Salida: 23:30
BAR Entrada: 200 Bar Salida: 70
Profundidad: 10m
Tiempo en el Fondo: 61'
Medio: Agua Salada, costa.
Temperatura Agua: 25 grados centígrados
Visibilidad: Buena
Mi primera inmersión tras conseguir el título, fue por la noche. Sí, llámame aventurero, pero era lo que me apetecía hacía mucho tiempo. Pregunté a mi instructor si podía hacerla y, bien acompañado por buzos experimentados, hicimos la salida.
A eso de las nueve de la noche, quedamos en el Dive Center Ciutadella. Desde allí, fuimos hasta Cala Blanca a prepararnos para la inmersión.
Cuando oscureció, ya con el equipo puesto, me enseñaron a usar la linterna bajo el agua. Puede parecer bastente tonto, pero tiene su gracia, sobre todo, para no dejar a ninguno de tus compañeros ciego durante un rato.
Pedro, uno de los submarinistas que hizo la inmersión conmigo, era uno de los experimentados y estuvo cuidando de mí durante la hora que duró.
Llegó el momento de saltar al agua. La altura, de algo menos de dos metros, que hay que saltar haciendo el "paso de gigante" a mí me parecía mayor. Hay un foco que ilumina el fondo, y en ese caso, la profundidad menor. Por fortuna, no era la primera vez que saltaba desde ese punto, pero ya empezaba a ser consciente que las cosas iban a ser diferentes que durante el día.
Nos movíamos más o menos en fila india. Al abandonar el punto de salida, ya no había luz artificial, y eso se notaba. En algunos momentos, sólo podía ver aquello que iluminaba con mi linterna y la luz nerviosa de los que iban por delante de mí. Pedro, mi ángel de la guarda aquella noche, llevaba una luz estroboscópica en la botella, con lo que podía localizarlo con facilidad.
Vimos un par de rayas, por separado. En uno de los encuentros, me arrodillé en el fondo de arena y apagué mi linterna. Era pequeña, pero volaba en el agua tranquila y elegante. Se acercó frontalmente hasta lo que a mí me parecieron unos diez centímetros. A la altura de mis ojos. Giró noventa grados para luego volver a pasar ante mí antes de marcharse y perderse en la oscuridad.
Destacaré que ví un par de pulpos. Grandes. De noche los veía de color blanco, supongo que no gastan energía en camuflarse. También vimos una sepia enorme. Se quedó parada, sobre la posidonia. La iluminamos y siguió allí. Moviendo sus faldas como Marylin Monroe.
Un pez volador se estuvo pavoneando ante nosotros. Abrió sus alas. Recorrió el grupo un par de veces y se perdió en la oscuridad.
Quizás el momento mágico fue en el ecuador de la inmersión. Los cinco que formábamos el grupo nos arrodillamos en el fondo, formando un círculo, apagamos nuestras linternas y empezamos a mover nuestros brazos. Cientos de lucecitas aparecieron ante nosotros, era la ilusión del plancton al removerlo y recibir la tenue luz de la luna creciente.
Debo reconocer que esta inmersión ha sido impresionante, tanto por su componente de aventura nocturna, como por la forma en que te ves a ti mismo ante la naturaleza... En calma...
Entré con 200bar y salí con unos 70. La inmersión duró 61 minutos y la profundidad máxima a la que bajamos fue de 10 metros. La temperatura del agua era de unos 25 grados centígrados y la del exterior la misma. Entramos en el agua aproximadamente a las 22:30. El lugar era "Cala Blanca" al norte de la isla de Menorca.
Que vaya bonito,