Yo también soy inmigrante. Como tú. Como ella o él. Vine con los íberos, con los celtas, con los romanos, griegos, árabes o andaluces… Si le extraéis el perfil de ADN a una gota de mi sangre, veréis cómo en el tubo de ensayo aparece un variopinto arco iris, que me conforma, que me hace diferente y especial, como a ti, como a él o ella… ¿Queréis utilizar los tonos de ese arco iris para establecer qué porción de ayudas sociales me toca? Porque, visto lo visto, parece ser que eso es lo próximo; me gustaría saber si Albiol aplicará la restricción de ayuda por padrón a la familia Reixach o a la familia Tutusaus, recién llegadas a la zona alta de Badalona desde Pedralbes… ¿Si tengo más marrón, negro, rojo y amarillo que otros se me reduce la (inexistente, por otra parte) prestación por desempleo? ¿Dicta una pretendida ‘limpieza de sangre’ lo que he contribuido al desarrollo de este país? ¿La exigencia de buen comportamiento y civismo depende de las nacionalidades? ¡Si solo afimarlo es tendencioso, y lo peor es que la manipulación funciona! Pues bien, si es así venir a buscarme. Todas mis gotas de sangre están a disposición de vuestro análisis… eso si podéis atraparme.
Yo también soy Anónima. Aquí, desde detrás de esta pantalla, emprendo mi particular lucha contra ese sistema a quien sus arteras maniobras de doble filo le ha hecho adquirir tanta fuerza que ya ni siquiera se molesta en disimular que es antiyo, antinosotr@s, antitrabajador@s, antidesfavorecid@s, antilibrepensantes, antivalientes. Aquí, desde detrás de esta pantalla, espero que, entre otros delitos que os inventéis, me acuséis de formar parte de una trama internacional yihadista-etarra, pues vuestra estrategia es burda y sabida, aunque ni vuestras acusaciones habéis sido capaces de justificar. Y también, desgraciadamente, efectiva. Pues bien, si es así venid a buscarme. Mis muñecas avanzan hasta vuestras esposas de falsedad… eso si podéis atraparme.
Yo también soy terrorista. Podía haber puesto un cóctel molótov en alquna parte, motivos no me faltan. No lo hice: no voy a dar al sistema excusas para arrastrar mi lucha y la de tod@s mis compañer@s por el barro. Pero ell@s tampoco lo hicieron, a pesar de que está claro que el sistema no necesita razones cuando aquello que durante tanto tiempo parecía que yacía eternamente vuelve a despertarse en alguna de sus formas, cuando l@s cobardes polític@s creen necesitar helicópteros (que, por cierto, no están contemplados en ninguna ley de recortes) y parapeto policial, cuando por fin vuelven a temernos, a pesar de sus argucias, a pesar de su omnipotencia. Pues bien, si es así venid a buscarme. Os acompañaré con gusto a la comisaría más próxima y esperaré a que acabéis de inventaros problemas para que mi abogad@ hable conmigo… eso si podéis atraparme.
Y naturalmente estoy indignada. Recortada, contemplando el vuelo de los metálicos pajarracos de mal agüero, viendo cómo Europa es saqueada y desmantelada mientras los países más desfavorecidos siguen siendo olvidados, excepto cuando hay que explotarlos. Y escuchando cómo algunos esperan que, en medio de este panorama, en mis protestas me limite a dar un par de gritos, colgar unas cuantas pancartas y ser una buena chica, viendo cómo los que detentan el poder han aprendido la lección, se han montado su excusa, y han conseguido la impunidad de sus manejos echando mano de infiltrados, con tal vez la colaboración involuntaria de algún exaltad@, alguien que rechazó confundir, quizás con demasiada vehemencia, ser pacífic@ con ser gilipollas. Sí, estoy indignada, no me limito a tocar la flauta y no pienso ocultarlo. Vamos, venid a buscarme.