Revista Opinión

INMIGRANTES HACIA HOLANDA Y ESPAÑA. Hoy, hace 20 años. 7 de mayo de 2002

Publicado el 07 mayo 2022 por Cronicasbarbaras

La principal propuesta del asesinado Pim Fotuyn, al que llamamos líder ultraderechista holandés, un gay liberal en la vida y las costumbres, era no admitir un inmigrante más en su país, porque “está lleno”.

Lo mismo que el Gobierno de Melilla, controlado por el PP, que decidió negarle la entrada en la ciudad a los niños marroquíes porque todos los centros de acogida “están colapsados”.

Lo cierto es que ningún partido político español actual, de izquierda o derecha, admite que los pobres del tercer mundo –miles de millones—tengan derecho a instalarse libremente en nuestros países. Difieren en las formas, pero coinciden en la necesidad de controlar las entradas.

Fortuyn comparaba otros estados con el suyo, y resultaba que España, por superficie,  debería tener una población de 200 millones de habitantes para estar como la actual Holanda.

Si izquierda y derecha españolas defienden las limitaciones que hay cuarenta millones, y la expulsión de los que llegan en pateras, nuestros partidos parecen más de derechas que Fortuyn. Simplemente se amparan en las leyes sobre inmigración,

Porque, incluso, la doctrina Fortuyn no era expulsar o maltratar a los inmigrantes, como Le Pen, sino solamente rechazarlos a partir de ahora.

Era antimusulmán porque esa religión, decía, persigue y mata a muchos homosexuales como él mismo, oprime a la mujer y es tan reaccionaria que en los últimos seis siglos no ha aportado avance alguno al progreso humano.

No estaba muy lejos del sentir general en el mundo occidental; y si aceptamos que era ultraderechista, debemos afrontar la definición de ese sentir general.


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