Inmigrantes magrebíes pagan 50 euros al mes por vivir en un gallinero

• Imputados los dueños de una finca por un delito contra los trabajadores
• No había agua corriente y dormían junto a fertilizantes y fitosanitarios
• Los empleados, todos imnigrantes, no habían cobrado los últimos salarios

Sin contrato y malviviendo en una antigua nave de cría de pollos en pésimas condiciones higiénicas. Así mantenían D.A.B. y E.M.R. a los trabajadores de su finca, a los que además adeudan buena parte de los salarios. Así lo ha confirmado la Guardia Civil, tras imputar a estas dos personas como presuntos autores de un delito contra los derechos de los trabajadores.La investigación llevada a cabo por agentes del Equipo de Atención al Inmigrante (EDATI) de la Guardia Civil de Huelva se inició tras la denuncia que interpuso un hombre de nacionalidad marroquí en el Puesto de la Guardia Civil de Lepe el pasado día 4 de junio.El denunciante relató que los dueños de la finca en la que trabajaba en La Redondela "les habían tenido viviendo en una antigua nave destinada a la cría de pollos, donde aún vivían algunos inmigrantes y que se encontraba en unas condiciones deplorables, repartidos en habitáculos sin agua corriente y con muy malas condiciones higiénicas, compartiendo la estancia con productos nocivos como fertilizantes y fitosanitarios".Según el relato de este trabajador, por vivir hacinados en dicha nave les cobraban una mensualidad de 50 euros, mientras que a ellos los empresarios "no les habían hecho firmar ningún contrato" y los mantenían sin cotizar y sin cobrar buena parte de los salarios.Ante esta declaración, los agentes de la Guardia Civil realizaron una inspección a la citada empresa, descubriendo, tras entrevistar a cerca de una quincena de personas -todas ellas inmigrantes, marroquíes y búlgaros, y víctimas de la actuación de estos empresarios-, que los hechos relatados por el denunciante eran veraces.Después de esta inspección, los agentes procedieron a la imputación de los responsables de la empresa, que permanecen a la espera de la instrucción judicial.
Elmundo