La agricultura es una tecnología, y como tal, va asimilando todos los avances científicos, ya sea a nivel de ingeniería, de biotecnología o de gestión
Así como la incorporación de los sistemas de riego por goteo a los cultivos de cítricos y descartar el riego por acequias e inundación supuso ahorrar millones de metros cúbicos de agua y retrasar la salinización y la erosión de muchos campos de cultivo, el futuro no pasará por la agricultura ecológica. Seguirá existiendo, pero sus cifras seguirán, como hasta ahora, siendo modestas y dirigidas a un público minoritario, sino que transitará la vía de los cultivos transgénicos. La tendencia, avalada por la caducidad de las patentes y la implicación de institutos de investigación públicos, y el avance tecnológico dará una mayor diversidad de cultivos transgénicos con mejoras más específicas.
Según Wikipedia, entre las principales ventajas de las aplicaciones biotecnológicas a los cultivos se tienen:
- Rendimiento superior. Mediante las semillas genéticamente modificadas el rendimiento de los cultivos aumenta, dando más alimento por menos recursos, disminuyendo las cosechas perdidas por enfermedades, plagas así o factores ambientales.
- Reducción de plaguicidas. Cada vez que un cultivo es modificado para resistir una determinada plaga se está contribuyendo a reducir el uso de los plaguicidas asociados a la misma que suelen ser causantes de grandes daños ambientales y a la salud.
- Mejora en la nutrición. Se puede llegar a introducir vitaminas y proteínas adicionales en alimentos así como reducir los alergenos y toxinas naturales. También se puede intentar cultivar en condiciones extremas lo que auxiliaría a los países que tienen menos disposición de alimentos.
- Mejora en el desarrollo de nuevos materiales.
Biotecnología Aplicada a los Cultivos en Argentina
Rocío Grenon está haciendo de abeja. Saca el polen de una planta de soja y la coloca en la flor de otra. El invernadero está repleto de estas plantas polinizadas por esta estudiante del último año de Agronomía que trabaja en lo que es la vanguardia de la ciencia y la tecnología aplicada en la Argentina.
En este laboratorio de Indear, el Instituto de Agrobiotecnología de Rosario, de la empresa Bioceres, se investigan las nuevas técnicas de manipulación genética de los cultivos, que luego son testeados en campos del sur de Córdoba y que ya han conseguido
rendimientos asombrosos.Es el primer engranaje de una larga cadena de institutos del Estado y privados que están liderando una
revolución silenciosa en la Pampa argentina, con la capacidad de transformar la economía del país y darle una oportunidad única a las próximas generaciones.Los jóvenes biólogos, químicos e ingenieros agrarios desarrollan proyectos que van desde la conversión de los subproductos de la industria del biodiésel, como la glicerina, hasta biomoléculas para la construcción y el envasado de alimentos. Esto, por ejemplo, permitiría transformar una glicerina de soja, que tiene un valor promedio de 500 dólares la tonelada en el mercado internacional, a un biopolímero para la industria del plástico que
se paga unos 5.000 dólares la tonelada. l poroto de la soja que se cosecha desde Misiones hasta la Patagonia terminaría exportado con un enorme valor agregado que multiplica por diez su valor comercial.Pero no es sólo soja. Aquí se trabajó en el proyecto dirigido por la doctora Raquel Chan del Instituto de Agrobiotecnología de la Universidad del Litoral, que logró aislar un gen del girasol que, injertado en la soja, el maíz y el trigo, les da a estos cultivos la propiedad de ser resistentes a las sequías y la salinidad
Federico Trucco, el gerente de Bioceres, es un joven bioquímico recibido en las universidades de Illinois y Colorado, que habla con el entusiasmo del que sabe que está muy próximo a conseguir su objetivo. “Producimos soja a 50 millones de toneladas por año por un valor de 25.000 millones de dólares”, explica Trucco. “Hoy con la biotecnología podemos además incorporar cultivos secundarios en enzimas industriales para transformar desechos agrícolas en biocombustibles. Y la producción de esas enzimas para ese proceso de degradación nos da un mercado potencial de otros 20.000 millones de dólares
Y eso lo podemos hacer en superficies ahora no utilizadas como, por ejemplo, el norte de la Patagonia, y crear allí otra cosecha de soja como la que sacamos de la pampa húmeda. Con el 17% de los desechos agrícolas argentinos podríamos producir el 100% de los combustibles que vamos a necesitar en el 2020”.
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(1) http://www.clarin.com/edicion-impresa/gauchos-biotecnologicos_0_1090091100.html
(2) http://murciadivulga.com/2014/02/14/hacia-donde-va-la-agricultura/
(3) http://www.muyinteresante.es/innovacion/tecno/articulo/pedro-moneo-la-biotecnologia-y-la-nanotecnologia-crearan-cambios-todavia-mas-fuertes-que-la-revolucion-de-internet-841384181711