En el mundo del ciclismo, al igual que en otros muchos deportes, en los últimos años hemos visto cómo el material va avanzando a lo largo del tiempo. Pero, ¿nos hemos pasado en estas innovaciones?
Hasta no hace tantos años las bicis eran de acero. Ciclistas profesionales y aficionados llevaban ese tipo de "motos" aunque el tema económico sí que estaría igual, pues no costaría lo mismo la bici del Reynolds en la época de Miguel Indurain o Ángel Arroyo que una para cicloturismo. Sin embargo, las bicis aquellas, pese a que ahora las vemos como material pesadísimo, sin desarrollos compact o triple plato, cambios en el manillar... eran bicis mucho más resistentes y duraderas que las actuales de fibra de carbono y ligerísimas. Las que ahora llevamos necesitan demasiados cuidados. La fibra de carbono se puede cascar muy rápido y, al fin y al cabo, el acero es más resistente en una caída o cuando vamos circulando por carreteras en mal estado.
No solo en el tema de lo que son los cuadros hemos visto cambios del acero a la fibra de carbono pasando por el aluminio (para mi la mejor opción para una bici). En los cambios también hemos visto grandes innovaciones. El cambio electrónico, que ya lleva tiempo y del que yo tengo mis teorías, ha causado sensación entre los cicloturistas más exigentes. Si os digo la verdad, yo soy de la vieja escuela, donde esté el cambio sincronizado de la palanquita para subir y para bajar me vale, aunque quizá para competición sí que sea algo interesante. Eso sí, debe estar perfectamente controlado por los mecánicos del equipo, pues ya se sabe que la electrónica falla en el peor momento. Recuerdo cómo anécdota un comentario que hizo Igor González de Galdeano en Zamora. Indicaba que, en su época como profesional, en las montoneras aparecían las pilas de los cambios electrónicos tiradas entre las bicis y los ciclistas.
Campagnolo, siempre mu vinculados a los equipo sde la élite desde hace años (ya lo llevaban los corredores del Reynolds cuando un jovencísimo Miguel Indurain de 19 años pasó a profesionales) ha creado cosas llamativas, tanto para los profesionales como para el aficionado. El Campagnolo Súper Record 11 velocidades es de los más recientes, el cual está bien para el uso profesional, pero no de cara al aficionado, pues las cadenas duran cuatro ratos al ser muy finas y no sé si será muy rentable.
Vuelvo a lo del inicio. Lo que yo quiero hacer ver es que no siempre nos podemos dejar llevar por las innovaciones en el mundo del ciclismo. Muchas veces se hace buen material para el uso que va a darle un corredor de competición que se supone que se va a hacer muchísimos kilómetros al cabo del año, muchos compitiendo, y no para el uso cicloturista.
Otra cosa es que seamos deportistas que salgamos a pedalear por placer, con nuestro trabajo y nos dediquemos en plan aficionado a subir puertos, a sumar kilómetros y a hacer marchas cicloturistas. Y aquí ya no solo está el tema deportivo, sino el económico, y ahora hay cosas más importantes en la sque gastar el dinero que en material de última generación para la bici. Hay muchos cicloturistas que hacen varios kilómetros al año y que pueden llegar a los 20.000 kilómetros anuales, pero está claro que no andaremos tanto como alguien de competición, por lo que el material tampoco sufre tanta fatiga.
Creo que las bicicletas no tienen por qué pasar delos 2000 euros dentro de nuestro ámbito, pues ahí están las tope de gama para el uso deportivo que le vamos a dar.
Lo mismo que he dicho de las bicis lo podemos aplicar a los cuentakilómetros y los GPS. Los hay que nos dan, aparte de los datos típicos, cosas como los vatios y la potencia. ¿Para qué quiere eso un cicloturista? Estos datos lo único que hacen es volvernos locos. Otra cosa (y esto es ahora mismo muy popular) usar el GPS para ver por dónde vamos. Lo veo bien porque luego podemos buscar rutas de otras personas en nuestra ciudad o en otras ciudades (buena idea ahora con el verano).
En definitiva, no queramos llevar productos de alta competición si no somos ciclistas de competición, usemos los materiales ciclistas que sean para nuestro uso no profesionalicemos el mundo cicloturista.
Nos vemos pedaleando.