Esta anterior definición puede ser tan buena como cualquier otra. Todos seguramente recordemos la época en la que no existían teléfonos móviles (celulares en América Latina, un saludo a mis fieles lectores de allá), también recordaremos cuando los ordenadores no se podían conectar entre ellos, o bien, cuando la fotografía tenía aquel punto de artesanía, en la época en que la capacidad limitada de los de los carretes fotográficos nos obligaba en todo momento a economizar nuestras fotos, a elegir bien los momentos que inmortalizar.
Si buscamos la definición de innovación disruptiva, veremos que la misma se define en la de la siguiente manera:
Se definen como tecnologías disruptivas o innovación disruptiva aquellas tecnologías o innovaciones que conducen a la desaparición de productos.
Es decir, que en un momento dado, se produce una innovación, un lanzamiento de un nuevo producto, una presentación de una tecnología o proceso novedoso, lo que sea, que hace que al final los productos, tecnologías o procesos productivos anteriores simplemente queden obsoletos y sin interés para el gran público. Una innovación disruptiva acostumbra a imponerse rápidamente en su ámbito y llega a universalizarse de tal manera, que lo anterior simplemente pasará a un segundo plano, llegando a desaparecer o a convertirse en muy minoritario al cabo de relativamente poco tiempo.
Se trata de un concepto relativamente novedoso, que se ha acuñado y desarrollado recientemente debido precisamente a la gran aceleración sufrida en el desarrollo humano y tecnológico, sobretodo, en los últimos tiempos. Ejemplos de innovaciones disruptivas recientes y sus efectos los hay por doquier, veamos dos de ellos:
- El lanzamiento de la fotografía digital y su rápida popularización, tal y como ya hemos visto, que dio al traste con la fotografía convencional en poco tiempo. Prueba de ello es la casi desaparición de KODAK, empresa que fue puntera en lo que a carretes fotográficos se refería y que cometió el gran error de menospreciar a la fotografía digital, aún siendo una de sus inventoras, y dejarla de lado, allá por los años setenta.
- La aparición de los SMARTPHONES y la progresiva eliminación de los teléfonos móviles (celulares) más convencionales. Otro ejemplo de empresa que, en mi opinión, quizás no supo subirse convenientemente al carro de esta innovación a tiempo fue .
Ante la aparición de una innovación disruptiva, poco puede hacer una empresa más que adaptar su oferta lo antes posible a la nueva situación, no sirve de nada luchar contra ella, pues casi siempre ello llevará al fracaso. Un ejemplo podría ser la aparición de la máquina de coser en el siglo XIX y de las primeras fábricas que usaban esta innovación; hubo varios incendios en estas primeras factorías provocados por las costureras que veían peligrar sus empleos. Al final, lo podéis imaginar, la tecnología se impuso; la eficiencia y eficacia al menor coste es todopoderosa en el mundo de la empresa, nos guste o no, así es.
Por lo tanto, lo más importante, y allí radica el mérito de este asunto, es saber detectar a tiempo la aparición de una innovación disruptiva, saber adaptarse a ella a tiempo y aprovecharla para crecer; de esta manera, se hace realidad aquella máxima que dice " si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él "; máxima que puede ser moralmente opinable, pero que en este caso se torna claramente vital, pues la supervivencia a medio de una empresa está en juego ante una aparición repentina de una innovación disruptiva en su sector.
Y, hoy en día, ¿continúan apareciendo innovaciones disruptivas? La respuesta es sí, claramente, y ello, de manera constante; veamos un posible ejemplo, el coche eléctrico. De momento, los vehículos eléctricos tienen poca autonomía, son lentos y son caros; ahora bien, sólo hace falta que alguien ponga en venta un vehículo eléctrico con más autonomía, a un precio más bajo y que consiga velocidades normales y empezaremos a ver mover el mercado, se empezarán a vender más vehículos eléctricos. Puede ser que las empresas del sector apuesten por lo conocido, como hizo KODAK con sus carretes, o también puede ser que haya algo que haga técnicamente imposible que el coche eléctrico se imponga, quién sabe. Aún así, una innovación disruptiva pide una adaptación rápida y eficaz por parte de los actores interesados en la misma, y ello es esencial.
Por lo tanto, en la era de las nuevas tecnologías, donde las TIC imperan por doquier, las innovaciones disruptivas se suceden cada vez con más rapidez y en todos los órdenes. Hay que estar, pues, ojo avizor a las mismas; lo que hoy parece imposible, mañana puede ser lo habitual. Estemos al día, pues, lo máximo posible, ya que en la sociedad futura los cambios se sucederán sin cesar y habrá que ser, ante todo, flexibles ante las novedades que se sucedan.
Economista C.E.C. núm 13147.