El exdiplomático visitó el Máster de ABC, donde repasó su carrera como funcionario y director general del Real Madrid.
Fue una de las caras visibles de la diplomacia de tres gobiernos de distinto color. Durante la presidencia de Aznar, defendió en Naciones Unidas el apoyo de España a la guerra de Irak Lo hizo porque, como diplomático, servía «al gobierno de la nación». Y porque creía que Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva: «Mentiría si digo que estaba a contracorriente de la opinión del gobierno».
Inocencio Arias, embajador de España ante la ONU entre 1997 y 2005, subsecretario del Ministerio de Asuntos Exteriores y portavoz del departamento en distintas etapas de su larga carrera, visitó ABC, donde defendió que el gobierno de Aznar no apoyó la intervención en Irak en contra de la población, sino «en contra de la opinión pública».
«Los gobiernos no se pueden dejar llevar por la opinión pública. Si así fuera, en España habría pena de muerte», sostuvo, al tiempo que remarcó que Aznar no actuó en un vacío jurídico. Porque el Parlamento dio luz verde a la guerra y porque Naciones Unidas no votó dado que sabían que Rusia haría uso de su veto: «Fue una intervención al margen de la ONU, pero no ilegal».
¿Cómo se defiende una decisión que no acepta la mayoría de los ciudadanos? Acatando las órdenes del gobierno. Inocencio Arias asegura que habría dimitido si apoyar la guerra de Irak le hubiera «repugnado moralmente». Y en 2004 no ocurrió pese a que aquella fue «una época dura». «Saddam estaba toreando a la ONU», dijo a ABC, aunque concede que sin armas lo «habría defendido con menos pasión» o incluso se hubiera negado a hacerlo.
Justifica su postura porque ningún periódico norteamericano dijo que los americanos jugaban con una falsedad. «Solo 93 de los 192 países de la ONU estaban abiertamente en contra de nuestra postura. Unos 45 no decían nada. Nadie cuestionó que Saddam Hussein no tuviera armas», expresó.
Inocencio Arias cree que el expresidente Aznar apoyó a Bush «como un favor» por su respaldo en la crisis de Perejil, donde Francia se lavó las manos: «Deslizó la idea de que prácticamente se alinearon con Marruecos». Aznar, sostiene Arias, adoptó esa postura por «convicción». Él como un deber. Y avisa: en Libia puede volver a haber una intervención militar al margen de la ONU. «El presidente Zapatero hará lo que le convenga a su partido».