Inquietudes

Cosas que me inquietan en este primer trimestre del año:

• Me inquieta vivir en un país en el que los empresarios necesitan que los despidos les salgan baratos para animarse a contratar. En el que los principales sindicatos, después de un decretazo que se carga de un plumazo derechos fundamentales de los trabajadores declaren que estudian la posibilidad de ir a la huelga. En el que un empresario dice en la televisión pública que el mayor activo de una empresa es su equipo directivo (sic) o en el que otros (también empresarios) dicen estas cosas mientras se recorta de forma brutal los derechos laborales que tantos años y esfuerzos costaron conseguir:

• Me inquieta saber que nuestras fuerzas de seguridad son tan frágiles y están tan indefensas. Basta ojear cualquier noticia sobre cualquier carga policial para darse cuenta de que siempre acaba habiendo más policías heridos que manifestantes. Aunque los que se manifiestan sean niños y adolescentes que se quejan de los recortes en educación. Tanto gasto en cascos, escudos, porras y bolas de goma… ¿para qué? Para que los señores defensores de la ley recurran al insulto más soez para salvaguardar la paz del reino.

Policía indefenso siendo brutalmente agredido por un manifestante.

• Me inquieta que todo un país ponga el grito en el cielo por una broma chusca sobre los deportistas españoles y el dopaje hecha por los gabachos y que se pidan responsabilidades a los políticos; que medios de comunicación abran su informativo con la “crisis de los guiñoles” y que ministros de un país del ¿primer mundo? hable de la posibilidad de tomar medidas contra Canal + Francia por una broma que no ha sentado bien (el que se pica, ajos come… decía mi madre).

• También me inquieta que el movimiento 15M haya perdido esa “agresividad” que nos convirtió en “terroristas violentos”. Al menos en el informe que el Ayuntamiento de la Comunidad de Madrid ha presentado al Comité Olímpico Internacional con motivo de la candidatura olímpica de la capital de españa para el 2020. ¿Cómo vamos a conseguir algo si hasta el PP nos considera ahora “pacíficos” y “alejados de sectores extremistas”?

Y tal vez deba dejarlo aquí. Porque me inquieta que me inquieten esas cosas. Me hace querer salir a la calle y protestar. Me hace querer ser griego y lanzar cócteles molotov contra edificios públicos. Espero que se me pase rápido, que vivimos en un país civilizado; de esos en los que no existen rebeliones, sino “graves disturbios”.

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