Veo un rato tele y pareciera ser que el mundo es sólo violencia. No hay otra noticia, está todo desmadrado.
La seguridad requerida a otros, el pedido de que alguien te la brinde es parte del efecto que genera ver tanta violencia en los medios.
La seguridad es algo que se conquista, que se adquiere al consagrar un espacio de consumación personal.
Depositar la potestad de sentirse seguro en alguien que la administre no sólo es una equivocación sino que puede ser el causante de peores males. Porque nadie puede decidir sobre la seguridad de cada uno sin cometer el error de creerse superior y tomar en consecuencia una mala decisión.
Lo que hay que hacer es atacar los motivos que generan el desmadre violento, preguntarse por qué alguien sale a robar o cometer cualquier acto vandálico, y no cuidar o preocuparse por las posesiones propias.
Eso es equivocar el foco. No hay que atacar los efectos, sino pensar las causas que lo motivan.
Así, cada cual podrá arremeter en pos de su propia seguridad sin intermediarios.
El que vele por la seguridad de todos no existe, es pretenciosa y desmedida esa demanda. Y quien lo pide es porque siente que tiene algo que perder.
Quien comprende que seguro es quien consigue esa sensación en su vida diaria, sabrá perder cuando le toque y no por eso entrar en caos.
El afuera puede estar desmadrado, pero no es papá Seguridad que vendrá a socorrerlos.
Los cambios empiezan por casa, y buscando las razones que ocasionan los efectos es que podrá arreglarse algo de todo esto.