Revista Diario
Cuando miro a David y veo lo feliz que es, me siento muy orgullosa de el y de como lo estamos criando.
Como ya sabéis nosotros priorizamos ante todo que David se sienta feliz. Creemos que todo lo demás ira llegando de manera natural si dejamos que se desarrolle a su ritmo y sin prisas.
Pero hay momentos en los que me entra el miedito...
Veo que David es "más bebé" que los demás niños de su edad. Por poneros unos ejemplos de a lo que me refiero, apenas habla, no es facil dejarlo con nadie que no sean los yayos, no sube solo al tobogán...cosas que en general no considero importantes, pero que en momentos putuales me intranquilizan un poco.
A mi me encanta como es y me parecen fantásticas sus peculiaridades, porque forman parte de el, pero a veces me da miedo estar haciendo algo mal...
A veces dudo de si el ritmo de desarrollo que tiene es el suyo o es debido a que no sé estimularle adecuadamente o a mi sobreprotección (aunque me esfuerzo todos los días por dejarlo mas libre y tener menos miedo, me cuesta mucho...y me fastidia mucho ser así).
No quiero darle demasiadas vueltas, porque sé que si lo hago puedo caer en lo que no quiero...agobiarme porque haga esto o lo otro y terminar por no respetar sus tiempos. Pero tampoco quiero mirar para otro lado, achacando todo a que David es así, cuando pudiera estar causado por mi.
Día a día me esfuerzo por vencer mi miedo a que le pase algo, me paro a mi misma un montón de veces antes de cogerle de la mano para que no se caiga cuando va a hacer algo que considero peligroso, pero me cuesta mucho y es un esfuerzo constante porque, en cuanto me relajo y dejo de pensar en ello, lo hago. Es algo que me sale espontáneamente y es difícil de evitar. Aunque como ya os he dicho, lo considero un problema y lucho por superarlo.
Me preocupa que esta actitud mía tenga una repercusión negativa en el desarrollo de David. Sé que todos tenemos nuestras cosas y que nadie es perfecto, pero molesta especialmente ser consciente de donde está el problema, quiere evitarlo y que cueste tanto...
Confío en superarlo poco a poco y no transmitirselo a David. De momento creo que no va mal, puesto que no es un niño miedoso, pero no dejo de pensar que quizas no lo esté haciendo del todo bien, y que por eso David esta desarrollando un poquito mas lento.
En fin, perdonar si no tiene ni pies ni cabeza, pero este post es más hacia dentro que hacia fuera. Creo que es bueno dar forma a los miedos, reconocerlos, reflexionar en las consecuencias que estos tienen. Y no perder nunca de vista todo lo que nos queda por aprender para ser mejores padres.