Revista Cine
Director: Spike Lee
Coincidencias de la vida: hace poco me dieron ganas de ver "Inside Man", de Spike Lee, película que había "visto" en la tele hace bastantes años, y uso comillas porque solía encontrármela a la mitad y nunca pude ver el principio (hasta ahora, claro). La coincidencia es que, revisando el instagram de Kim Director, me encontré con que la actriz (que acá es una de los asaltantes que acompañan a Clive Owen) subió, hace un par de días nada más, una foto sobre una película que fue rodada en la misma locación que ésta. No deja de ser una estupidez que lo cuente como la gran cosa, pero a mí me ha causado gracia, y mientras yo sea feliz, ustedes son felices, ¿o no?
Spike Lee no lo hace nada mal cuando se encarga de películas cuyo foco primordial no es la tensión racial, aunque tampoco es una premisa muy resistente, miren que ahí tenemos "Oldboy" y "Summer of Sam", que si bien no son malas (ciertamente no son más aberrantes que "Da sweet blood of Jesus" y "Chi-Raq"), tampoco son lo que entendemos por buenas películas (¿qué es una buena película?). Pero por otro lado tenemos "25th Hour" y "Inside Man", que son muy buenas y demuestran lo buen director que es Spike Lee cuando no se le suben los humos a la cabeza y le estalla la vena racista/victimista, en otras palabras, cuando se decide a hacer cine.
En concreto, "Inside Man" es un brillante, electrizante y hasta elegante ejercicio de estilo, amén de esa cámara ágil y pulcra (pero también caótica e incisiva) que Spike Lee sabe usar tan bien cuando se lo propone (no sería lo mismo si el director hubiese sido Antoine Fuqua o los hermanos Hughes, ¿cierto?), aunque la película no sólo es buena por su estimulante puesta en escena, sino que también porque es un heist, el robo a un banco que sale a la perfección (o al menos así está planeado). Entonces, tenemos a un grupo de asaltantes que ejecutan su plan minuciosamente; tenemos a los policías movilizados y a los detectives encargándose del entuerto lo mejor que pueden; tenemos a un banquero y a una siniestra señora que hacen esfuerzos para que ciertos documentos no sean robados; y tenemos a un puñado de personajes que van de allá para acá mirando con curiosidad o rezando para que la ira de los malhechores no caiga sobre ellos. Y la película consiste en ver cómo se desarrolla ese plan, ni más ni menos: así de simple, pero hecho la mar de bien. Súmenle a ello la mordaz mirada y el picante sentido del humor de Spike Lee (lo de los albaneses es fenomenal), y ya pueden apostar a que estamos ante una película irresistible, sin complejos y con mucha personalidad. Y a mí me encanta porque adoro los heists, los asaltos, los planes (im)perfectos, etc., y sobre todo aquellos que están hechos siguiendo sus propias putas reglas. Como debe ser, maldita sea.
Ahora bien, con lo que disfruté viendo esta película, también debo señalar que, a pesar de sus intentos por colar una especie de mensaje anti-capitalista (contra el materialismo, los banqueros, los inescrupulosos, la clase alta corrupta, los vendidos, la élite gobernante, etc.), sobre todo en lo relativo al personaje de Christopher Plummer y el de Jodie Foster, al final el conjunto igual se siente liviano y carente de materia, aunque no es que se la estemos pidiendo (pero como intenta hacernos pensar sobre ello, el reproche es justo y pertinente). Por lo demás, Clive Owen también lo hace por dinero, vamos.
Como sea, vean "Inside Man" y disfrútenla de inicio a fin. Salud.