Dicen los científicos que, aunque no sepamos muy bien a que de debe, el sueño es una necesidad fundamental del ser humano. Sabemos que juega un papel fundamental en la producción de mielina, eliminación de residuos cerebrales y creación de conexiones neuronales. El caso es que en los años 60 se demostró que después de 11 días sin dormir
desarrollamos problemas de visión y de habla, deficiencias cognitivas y alucinaciones. Y si seguimos sin dar una cabezadita nos podría pasar como a las ratas de Allan Rachtschaffen, de la Universidad de Chicago, que después de entre 11 a 32 días sin una cabezadita, habían muerto. Así es que no es de extrañar porqué los “protas” de Pesadilla en Elm Street lo pasaban tan mal, se les iba la pinza a base de no dormir aunque no llegaron al punto de la leyenda urbana esa de un experimento ruso en la que los participantes acabaron enloquecidos y mordisqueándose los unos a los otros (debe ser mentira, suena a película de esas de serie B. esas que sirven para dormir un finde por la tarde, además llevo días intentando averiguar algo de semejante barbaridad y no encuentro nada).
A todos nos ha pasado eso de pasar una temporada a dos velas toda la Santa noche, es durísimo. Recuerdo perfectamente que cuando era pequeño vi por la tele una película de 
Drácula, versión dibujos animados, creo que se llamaba “la tumba de Drácula” o algo así (no vayas a pensar que fui víctima del irrepetible Bela Lugosi, en cuyo caso el insomnio estaría más que justificado). Fue ver las imágenes y escuchar la musiquilla tensa del ambiente de la escena y dejar de dormir durante una barbaridad de tiempo. Te juro que cuando me acostaba me envolvía el cuello con las sabanas no vaya a ser que el vampiro me chupase la sangre. Cosas de niños.
Puede que sea porque viví ese trauma o quizá porque a mí también hay cosas que me quitan el sueño, como a todos en este país donde parece que el Orfidal haya sustituido a las pastillas Juanola. El caso es que intento empatizar con el pobre Pedro Sánchez 
¿Te imaginas al presi en los carteles electorales con unas ojeras grandes como sacas de Correos? Pobruco, deberíamos solidarizarnos con él. Eso de no dormir en Moncloa por la preocupación de unas elecciones ha de ser terrible y no como la mayoría de este país 
Ellos, los que duermen a pierna suelta, se han dedicado a dejar pasar el tiempo haciendo 
