Imagen: Casa del Libro
La vida de Marcial Lisón quedó marcada desde el mismo momento en el que el asesino del café puso un pie en la ciudad de Cartagena. Conocer su identidad, dieciocho años después, lejos de haber supuesto un alivio para el inspector, hizo que descubriese que su pasado descansa sobre una mentira con la que es difícil convivir.Desde entonces Sola, una galga recogida junto a unos contenedores de basura, se ha convertido en su única familia. El carácter hosco y alejado de lo políticamente correcto del inspector tampoco le ha permitido granjearse grandes amistades más allá de la de Zoe Ochoa, su compañera, y Sacha, una prostituta rumana con la que comparte algo más que sexo.
Edición: 1ª ed.
Publicación: Barcelona: Versátil, 2018
Descripción física: 380 p.; 22 cm.
ISBN: 978-84-16580-88-0
CDU: 821.111-31"20"
Signatura: N JIM ins
Precio: 18,14 euros en Casa del Libro.
Para variar, también ha sido a través de #SoyYincanera y de la editorial Versátil como he tenido ocasión de leer esta novela, la segunda de una trilogía de la que ahora estamos leyendo simultáneamente su entrega final, No es tiempo de peros. Según iba avanzando con la lectura de Inspector Solo me fui dando cuenta de que, aunque no es imprescindible para seguir la trama, y de hecho no me supuso ningún problema seguirla, sí es cierto que me habría venido bien leer antes la primera entrega de la trilogía, Muertes de sobremesa; y con lo cuadriculada que soy para estas cosas siento que no tengo perdón, así que aunque al final vaya a leer la trilogía en modo caótico, en algún momento me haré también con el inicio de la historia de este inspector tan peculiar.
En esta segunda entrega comenzamos con que Marcial ha bebido más de la cuenta, algo que por otra parte es bastante habitual en él; sin embargo, en este caso al inspector se le encienden todas las alarmas, porque descubre que se ha despertado dentro de su coche, que por alguna razón que desconoce se encuentra aparcado frente al edificio en el que vive Sasha, la prostituta con la que se ve de vez en cuando y con la que sabremos que, además de encuentros sexuales, comparte también confidencias. El inspector no consigue recordar cómo ha llegado hasta allí, y la cosa se complica cuando además se entera de que Sasha ha sido asesinada, y encuentra pruebas que indican que ha pasado la noche con ella. ¿Habrá sido él mismo quien le ha puesto fin a su vida? Marcial, a quien todos en la comisaría han bautizado como "inspector Solo", tanto por por su carácter solitario y huraño como por su inseparable galga de nombre Sola, y su compañera, Zoe Ochoa, serán quienes se encarguen de investigar el crimen. Y como el propio inspector duda de si habrá sido su demonio interior, ese que a veces no puede controlar, el que ha tenido algo que ver en la muerte de Sasha, intentará por todos los medios adelantarse a los movimientos de Zoe; porque es consciente de que, una vez que su compañera comience a atar cabos, éstos la conducirán hasta él y lo relacionarán con Sasha sin remedio.
Ellos son los personajes principales, pero a lo largo de la lectura iremos descubriendo a unos cuantos más como el famoso asesino del café, Santi, Lasaosa, Miralles, Villanueva, los padres adoptivos de Marcial, Marga y sus gemelos... Imagino que a los que se hayan leído la primera entrega ya les sonarán muchos de ellos, pero en mi caso los he descubierto a todos en esta novela. Y aquí me gustaría destacar algo que me ha encantado y que ha hecho que disfrutara tantísimo de la historia: los personajes; y es que precisamente son ellos uno de los puntos fuertes de esta novela. Ya tengo curiosidad por leer la primera entrega, porque si en esta segunda he podido notar perfectamente la evolución de cada uno de ellos (sobre todo, claro, de Marcial y Zoe), estoy segura de que también se notará esa evolución si se hacen comparaciones entre una y otra novela. Y ha sido especialmente Marcial el que ha resultado ser mi personaje favorito; es una sensación rara, porque es un tipo bastante antipático, borde la mayoría de las veces, totalmente independiente y antisocial, muy mal hablado y además putero y alcohólico. Vamos, que lo tiene todo para que nos provoque bastante repulsión, y sin embargo el autor consigue (al menos en mi caso) que sintamos por él algo parecido a la simpatía, o incluso ganas de protegerlo, porque a pesar de su fachada de tío duro y atormentado, en el fondo tiene su corazoncito y es entre otras cosas su oscuro pasado el que hace que se comporte así... Aunque sin duda la que me ha ganado totalmente ha sido Sola, la galga que acompaña a Marcial y prácticamente el único ser vivo que consigue que el inspector muestre algo de su sensibilidad; y es que él se comporta de manera tan tierna cuando está con ella, que creo que ha sido Sola quien ha conseguido que sienta algo de cariño por Marcial. Y por otro lado tenemos a Zoe, que también a su manera parece haber comenzado a resquebrajar la coraza del inspector... Al menos hasta que éste siente que ella lo ha traicionado.
La historia ocurre en la ciudad de Cartagena, que por cierto es algo que me ha gustado mucho porque siempre me resulta interesante que las novelas tengan como escenario ciudades que conozco; aunque también es cierto que las descripciones que el autor hace de los lugares por los que va transcurriendo la acción son tan detalladas y gráficas que si conoces la ciudad sabrás en todo momento dónde está sucediendo la acción; pero incluso en el caso de que no hayas estado nunca en Cartagena, será como si estuvieras paseando por ella de la mano de David Jiménez. Así que yo casi me atrevería a decir que, en este libro, la ciudad podría considerarse como uno más de los personajes que descubriremos en la trama. Una trama que, como veremos, no esconde únicamente un crimen sino algo más, algo que resulta ser muy oscuro y muy corrupto.
Con todos estos elementos, intuiréis que estamos ante una novela que es ante todo muy ágil de leer; con muy buen ritmo y una trama trepidante, muchos momentos de auténtica tension, y que desde luego nos provoca una continua sensación de querer profundizar más en el carácter de los personajes. A mí me enganchó desde la primera página y ya no pude dejar de leer hasta conseguir enterarme de cómo terminaba la historia; y no sólo eso, sino que el autor ha conseguido que, nada más cerrar el libro, lo único que me apeteciera fuera ponerme con el siguiente. E incluso con el primero, a pesar de que como comentaba al principio, creo que me he perdido alguna cosa que ocurrió antes y que aún no he tenido ocasión de saber. Sin duda, un novelón que recomiendo absolutamente.