septiembre 4, 2015 por Iciar Piera
"Para mí, la palabra "inspiración" significa estar en contacto con el espíritu. Cuando estamos unidos al mundo espiritual, estamos inspirados... y estamos inspirados porque hemos retomado la conexión con ese mundo espiritual y somos plenamente conscientes del espíritu que reside en nuestro interior. Estar inspirado es una experiencia dichosa: nos sentimos conectados por completo a nuestra fuente y a nuestro objetivo; nuestras corrientes creativas fluyen y aportamos una energía excepcionalmente poderosa a nuestra vida diaria. No nos juzgamos a nosotros mismos ni a los demás; carecemos de sentido crítico en ese aspecto y no nos molestan los comportamientos y las actitudes que resultan frustrantes en momentos faltos de inspiración. Nuestro corazón se alborota con cada respiración, y somos tolerantes, alegres y cariñosos.
Estar inspirado no se limita necesariamente al trabajo o a las actividades que realizamos de forma cotidiana. Podemos estar inspirados y al mismo tiempo no tener claro cual es nuestra vocación ni que actividades queremos poner en nuestra agenda. La inspiración es el reconocimiento del espíritu que reside en nuestro interior. " Wayne Dyer
Este fin de semana nos dejaba un autor cuya vida y enseñanzas inspiraron a muchas personas, Wayne Dyer. Aunque tengo que reconocer que no es el autor que más he leído y seguido, no puedo negar que su vida es todo un ejemplo de inspiración y de seguir la guía del espíritu. Sólo basta verle ese "brillo en los ojos" y esa sonrisa tranquila que yo reconozco en las personas que se han rendido a la fuerza de algo más grande que nosotros y que podemos ponerle el nombre que queramos. Por esa razón esta entrada es mi pequeño tributo al Dr. Wayne Dyer. <3 <3
En su libro, "Inspiración, encuentra tu verdadera esencia", habla sobre la importancia de sentirnos inspirados y hace una distinción entre motivación e inspiración que a mi particularmente me ayudó en su momento. Dice así:
Motivación versus Inspiración
Es importante darse cuenta de que todo lo que necesitamos para seguir los dictados de nuestra llamada forma parte del proceso presente. Arthur Miller, el mejor dramaturgo estadounidense según mi opinión, es un buen ejemplo de alguien que tiene muy clara esta idea. En una entrevista llevada a cabo en los últimos años de su vida, le preguntaron: "¿Está trabajando en una nueva obra?". El señor Miller respondió algo así: "No sé si lo estoy haciendo o no, pero probablemente así sea". Esta deliciosa respuesta sugiere que los escritos de Miller proceden de la inspiración; es decir, que seguramente había algo aparte del ego que le impulsaba a escribir.
Por el contrario, las personas muy motivadas tienen una especie de determinación egocéntrica que les ayuda a superar todos los obstáculos que hay para alcanzar su meta; nada se interpone en su camino. Ahora bien, a casi todos nosotros nos han enseñado que ésa es una cualidad admirable; de hecho, si no demostramos iniciativa y ambición, nos dicen que "necesitamos motivación". Charlas, libros y vídeos nos repiten sin cesar que lo único que tenemos que hacer es concentrarnos en una idea y ponernos manos a la obra para convertirla en realidad. Éste es un acercamiento beneficioso para un nivel de realización diferente, pero lo que nosotros estamos explorando en estas páginas es lo que nos conducirá precisamente hacia aquello a lo que estamos destinados a ser y a hacer: nuestra verdadera llamada.
Si la motivación consiste en aferrarse a una idea y llevarla hasta una conclusión aceptable, la inspiración es todo lo contrario. Cuando estamos inspirados, es la idea la que nos aferra desde el invisible reino del espíritu. Ese algo indefinible que parece llegar de muy lejos, de un lugar desde el que nos dejamos empujar por una fuerza más poderosa que nuestro ego y todas sus ilusiones, es la inspiración. Y el mundo espiritual es el lugar en el que conectamos con la realidad invisible que nos conduce finalmente hasta nuestra llamada, hacia nuestra vocación. A menudo identificamos esos momentos de inspiración por su persistencia y porque parecen no tener ningún sentido, si bien no abandonan nuestra conciencia.
El resultado de ignorar la poderosa atracción de la inspiración es una sensación de incomodidad o de desconexión con nosotros mismos. Por un buen número de razones, podemos resistirnos a la llamada de crear, de interpretar, de visitar un lugar del extranjero, de conocer a alguien, de expresarnos, de ayudar a otro o de entrar a formar parte de una causa. La inspiración es una llamada que nos incita a ponernos en acción aun cuando no tengamos clara la meta ni el resultado; tal vez incluso insista en guiarnos hacia un territorio desconocido.
A lo largo de las distintas etapas de la vida, la inspiración es ese pensamiento o idea que vuelve a conectarnos con la energía de la que formábamos parte antes de convertirnos en una partícula microscópica. A esto lo llamo " rendirnos a nuestro destino y escuchar la llamada ". En ese punto, podremos diferenciar las exigencias de nuestro ego, así como las de aquellas personas e instituciones dominadas por el ego que nos apartan de la inspiración. A medida que nos adentramos más profundamente en el mundo espiritual, dejamos de guiarnos por las exigencias del ego, ya sean nuestras o de los demás. Nos rendimos a la fuerza permanente que nos insta a avanzar hacia ese estado de dicha que es la inspiración. Es nuestra verdadera llamada la que nos guía; el verdadero propósito de nuestra vida.
Fuente: Inspiración, encuentra tu verdadera esencia. Dr. Wayne Dyer. Una lectura que claramente os recomiendo. :) <3
Hace un tiempo escribía este texto con unos sencillos pasos que puedes utilizar como un juego. Espero que te ayuden a conectar con la inspiración o a dejarte inspirar. :)
La palabra "inspiración" significa " recibir el aliento ". Cuando pedimos inspiración permitimos que esa parte sabia que somos tome el control de nuestra vida. Permitimos que la energía del universo fluya a través de nosotros y nos convertimos en un canal para lo divino.
"Cuando estás inspirado por algún gran propósito, inspirado por algún proyecto extraordinario, todos tus pensamientos rompen sus ataduras.
Tu mente trasciende limitaciones, tu consciencia se expande en todas direcciones y te encuentras a ti mismo en un nuevo, gran y maravilloso mundo.
Fuerzas, facultades y talentos adormecidos se despiertan y te descubres a ti mismo como una gran persona, mucho más allá de lo que jamás hubieras soñado ser." Patanjali
No nos engañemos, no sabemos nada. No podemos saberlo ya que nuestra parte consciente solo puede procesar una parte muy pequeña de lo que existe. Dejemos de intentar resolverlo todo solos. Pidamos inspiración. Dejemos que nuestro Espíritu hable a través de nosotros y nos muestre el camino, la opción, la solución que más nos ayude en este momento de nuestra vida.
Simplemente tenemos que ser conscientes de unos pasos:
1. Cambia la conciencia sobre ti mismo. Reconoce que tú "yo pequeño" no sabe pero que hay una parte de ti, tu "Yo Grande" que sí que sabe. Como decía el maestro Yoda: "Seres luminosos somos, no este pedazo de cuero tosco". ;)
2. Pide "inspiración". La inspiración puede ser una idea para un nuevo artículo, algo que pueda ayudar a un cliente durante una sesión, la solución de algo que me preocupa, el ver una situación desde una nueva perspectiva. Lo que sea. Como dice un Curso de Milagros, no existe tamaño para los milagros. Recuerda que esa parte de nosotros está deseando prestarnos su ayuda.
3. Confía en que la repuesta vendrá, puede que no de la forma que esperabas así que ¡suelta las expectativas!