Últimamente, no dejo de encontrar terrazas con encanto, de esas que me inspiran y me transportan allá donde me gustaría estar, donde el tiempo pasa casi sin darnos cuenta gracias a la sensación de confort que nos transmite... y ésta, es una de ellas.
Se trata de un rincón de dimensiones reducidas pero decorado con un mobiliario y colorido perfectamente combinados. Sobre una alfombra se sitúa un banquito para terraza (que podéis comprar en Ikea, casualmente es el mismo que tenemos nosotros en la nuestra), una mesa con bandeja típicamente marroquí y numerosos textiles que la hacen, si cabe, todavía más bonita.
El toque final lo ponen las plantas y el cañizo que han colocado sobre el cristal para evitar las miradas indiscretas, lo que posibilita aún más pasar la tarde entera en la terraza...