Parte 2
Ya estamos a miércoles de una semana que empezó de lo más lluviosa, anunciando que debíamos sacar nuestras botas del armario, así como las chaquetas y toda la ropa de esta temporada.
La semana pasada ya realicé la primera parte de esta inspiración en los 7 pecados capitales, examinando las prendas que podrían encajar con lujuria, soberbia e ira. Esta semana toca examinar el resto y ver qué prendas son las que me inspiran, por lo menos a mí.
PEREZA
Puede que este haya sido uno de los más simples de encontrar, no porque la prenda en sí sea para gente perezosa, o porque carezca de glamour (pues considero este complemento una monada), pero el hecho de que simbolice la comodidad y la vía de escape a una noche de agotamiento, puede llevarnos a pensar en las bailarinas. He elegido las grises de la foto, ya que al ir atadas, acentúan ese concepto de comodidad y simbolizan el descanso. Muchos días digo: hoy me pongo tacones, pero después me da pereza (nunca mejor dicho) y me pongo unas buenas bailarinas.
ENVIDIA
Este ha sido uno de los más difíciles, ya que la envidia es un sentimiento, una sensación difícil de definir y establecer dentro de unos parámetros. De todas formas pensé que el complemento o prenda elegida debía ser llamativo, algo con lo que ensalzarse ante los demás. Por ejemplo, un sombrero: si tú tienes un sombrero, yo llevaré uno mayor, que sea tan grande que ocupe espacio y tan alto que sólo se me vea a mí. Además, he añadido otro complemento que no es porque sea tal, sino más bien el tipo de estampado: un cinturón de piel de serpiente; estuve investigando y vi que la serpiente es uno de los símbolos de la envidia, así que... ¿por qué este estampado no podría simbolizarlo también?
GULA
La Gula es el pecado del exceso, según la cultura popular, sobre la comida y la bebida. Tengo que confesar que lo primero que se me ocurrió fue un chándal, con el que se puede comer y beber de todo, pero no me gusta demasiado esta prenda a no ser que vaya a hacer deporte. Así que me centré en la incorporación de alimentos al look y encontré estos bolsos y esas chanclas de lo más peculiares. Buscaba un bolso porque es donde guardamos nuestros “excesos”.
AVARICIA
Por último, como no podía ser de otra manera, la avaricia encaja a la perfección con el lujo, y en concreto con las joyas. He elegido este collar de diamantes que Richard Burton le regaló a Elisabeth Taylor: una pieza única y carísima que muy pocos bolsillos se podrían permitir, y que muy pocos cuellos pueden lucir; aunque como ya dijo Madonna en su momento: el diamante es el mejor amigo de la mujer. ¿Qué tendrán las joyas que siempre nos atrapan? La verdad es que no suele gustarme lo ostentoso, pero no diría que no a un diamante. También he añadido este postre (un canoli italiano): el más caro del mundo que cuesta 26.000 dólares, al que el dueño ha añadido un collar de diamantes. ¿Alguien da más? Está claro que este pecado va unido a los excesos en sentido material.
Espero que os haya gustado y me deis vuestras opiniones y sugerencias, que siempre son bienvenidas.
¡Feliz entre semana!
xoxo
Nerea.