Inspirulina para viajar

Todo comenzó con un viaje. Un viaje que llevó a Eli Bravo a navegar durante cinco meses completamente solo. Un viaje del que salió un libro, varios demonios y una chispa que, mucho tiempo después, se convirtió en Inspirulina: una plataforma que nos brinda una dosis diaria (o más) para creer, para comer, para viajar, para entender, para soñar, para avanzar, para pensar, para INSPIRARSE.

Un viaje. Escuchar hablar a Eli Bravo de cómo un viaje te transforma hasta los rincones más insospechados y de cómo, a pesar de los miedos, avanzas hacia eso que crees posible, es una de las mejores cosas que me han pasado esta semana. “Cada quien empieza en algún lugar” es lo que reza el afiche que cuelga en su oficina, en perfecto inglés: “every one starts somewhere” y que él repite como un mantra contagiando a los que van a su paso. Inspirulina es una fiesta de buena energía, un trago siempre dulce, un llamado a la puerta, un despertar.

Eli Bravo

Hay mucho que leer en Inspirulina y lo recomendable es, al menos, ingerir una dosis diaria que nos mueva todos los sentidos. Hay de todo un poco, con la intención siempre de tener más, pero como en este espacio nos encanta viajar, adoro leer por ejemplo textos como Enamórate de tu ciudad que es una invitación a redescubrir la ciudad donde vivimos; o las aventuras de mi amiga Arianna Arteaga Quintero que un día nos lleva a las Cataratas de Iguazú en Mucha, mucha agua o hasta el Salto Ángel en Puro Orgullo Natural. Encontrarme, de repente, con La solidaridad viaja en avión o Automóviles públicos y seguir así, dando vueltas por la página haciendo click según dicte el instinto.

Tal parece que una dosis de Inspirulina arregla todos los males: los del cuerpo, los de la mente y los del corazón.