Seguro que alguna vez has escuchado eso de: "Qué fue antes, ¿el huevo o la gallina?". En el mundo de la moda ocurre algo parecido: "Qué fue antes, ¿las prendas must have o las instagramers dispuestas a llevarlas antes que nadie?".
Hay multitud de casos, tanto a nivel español, como a nivel internacional, de una serie de prendas que se pueden encontrar en el street style de todas las ciudades allá donde vayas. No va a ser raro encontrar mujeres con cazadoras amarillas, llevando sandalias de plataforma con tiras metalizadas o, por supuesto, sin olvidar la última tendencia de la camiseta de terciopelo rosa (fuera de stock).
La pregunta es: ¿Cómo llegan estas prendas a la mayoría de los armarios de la población? ¿Cómo es posible que haya una serie de artículos, aparentemente de la misma calidad y marca que muchos otros, que agoten todos los stocks? La respuesta no es otra que gracias al poder de las redes sociales.
La moda actúa como un ciclo: los diseñadores proponen sus colecciones en las semanas de la moda y más tarde las tendencias que proponen son adaptadas (porque decir copiadas suena un poco feo) por las empresas de prêt-à-porter o ready to wear (aquí cada uno elige si es más de francés o de inglés). Sin embargo, este ciclo natural no es aplicable a este tipo de prendas. No hablamos de tendencias globales, sino de artículos bastante concretos. Por lo tanto, para saber por qué una chaqueta amarilla es una prenda internacionalmente utilizada hay que fijarse en las instagramers y bloggers.
Instagram en la moda
Como todo en la vida, Instagram está dividido en una serie de escalafones de acuerdo al número de seguidores y la influencia de sus usuarios. Si eres una persona interesada en el mundo de la moda (como una servidora) probablemente sigas tanto a bloggers que tienen millones de seguidores como a bloggers que apenas alcanzan los mil.
Si ves una prenda que te gusta en una blogger menos influyente puedes pensar: "Oye, me gusta", pero el asunto queda ahí. Sin embargo, si ves una prenda que te gusta, no solo en una blogger muy influyente, sino en muchas de ellas, piensas: "Oye, me gusta, voy a mirar de dónde es". Y si para tu sorpresa te das cuenta de que es una prenda asequible a tu bolsillo, entonces te la compras. Muchas veces sin pensar si puede haber otra prenda que te guste más.
La clave para que una prenda acabe su stock es que sea atractiva y un poco fuera de lo común; pero resulta imposible predecir qué va a entrar por los ojos a las instagramers. Un día ves que Chiara Ferragni lleva una cazadora, a la semana ya la tiene Dulceida, en unos días Jessica Goicoechea y cuando te quieres dar cuenta tu vecina del cuarto también la lleva.
Es innegable que las instagramers y bloggers se han convertido en auténticas dictadoras de tendencias.
Sólo hace falta que un par de ellas tiren una ficha del dominó para que el resto de las fichas (también conocidas como el resto de los mortales consumidores de redes sociales) caigan a sus pies. Ahora sólo queda que cada uno decida si quiere ser un seguidor más de las masas o, por el contrario, llevar lo que le gusta y mejor quede en su cuerpo.