Es la primera vez que comparto con vosotros un instante de un clásico, quizás porque los cinefilos soléis conocerlos ya de sobra, pero esta vez me ha apetecido compartir con vosotros este magnífico instante por todo lo que éste significa. Charles Chaplin fue un grandísimo artista que nos dejó grandes trabajos como actor, director, humorista, escritor, etc. El gran dictador es una de esas grandes obras que han pasado a la historia por ser una cinta realmente controvertida y valiente para esa época, y por ser la primera en la que oímos la voz de Charles Chaplin, pues, como sabéis, hasta ese momento sus películas eran mudas. Es curioso que en los Oscars recibiese 5 nominaciones y finalmente no se llevase ningún premio. Este instante no sorprenderá a nadie, en cuanto hayáis visto el título de la entrada ya habréis adivinado que momento iba a plasmar hoy, pero es inevitable ponerlo. Hay momentos que si han pasado a la historia del cine es por algún motivo, no voy a ser yo la que discrepe de la opinión de los expertos, y en este caso, es una auténtica maravilla.
Es curioso como un discurso escrito en el año 1940 puede trascender hasta tal punto que hoy en día siga teniendo tanto sentido. Cada palabra, cada frase y cada sentimiento que transmite Charles Chaplin en esta escena nos provoca algún tipo de emoción, nos hace pensar, nos sentimos identificados con ellas. No voy a entrar en un debate político porque no es el sitio ni quiero hacerlo, pero se me ponen los pelos de punta al ver como muchos de los fragmentos de este discurso podríamos repetírselo a muchas personas, que no se dan cuenta de lo importante en la vida. Un ejemplo de humanidad, tolerancia, bondad, realidad.. Bravo!
Os dejo con algunos fragmentos que me encantan:
"Pensamos demasiado y sentimos muy poco"
"El camino de la vida puede ser libre y bello; pero hemos perdido ese camino. La avaricia ha envenenado las almas de los hombres, ha levantado en el mundo barricadas de odio, nos ha llevado al paso de la oca a la miseria y a la matanza. Hemos aumentado la velocidad. Pero nos hemos encerrado nosotros mismos dentro de ella. La maquinaria, que proporciona abundancia, nos ha dejado en la indigencia. Nuestra ciencia nos ha hecho cínicos; nuestra inteligencia, duros y faltos de sentimientos. Pensamos demasiado y sentimos demasiado poco. Más que maquinaria, necesitamos humanidad. Más que inteligencia, necesitamos amabilidad y cortesía. Sin estas cualidades, la vida será violenta y todo se perderá."