OBRAS
INSTITUCIÓN EDUCATIVA EMBERA ATRATO MEDIO · 03/07/2015
Al Municipio de Vigía del Fuerte, en el departamento de Antioquia, Colombia, únicamente puede llegarse en avioneta o helicóptero desde Medellín o navegando por el río Atrato. Su población es una mezcla de afro-descendientes, mestizos e indígenas Emberas que viven en varias comunidades distantes de la pequeña zona urbana localizada a lo largo del río. El papel de la nueva Institución Educativa es recibir a estas comunidades indígenas por períodos cortos y constantes de tiempo durante el año, con el fin de que puedan recibir educación y vivir allí durante una temporada sin necesidad de abandonar sus poblados de manera permanente.
Las condiciones urbanas, sociales y ecológicas del lugar dificultan el día a día a la población. Durante la época de lluvias anual, las aguas del río Atrato suben e inundan por varios meses los suelos del poblado, lo ha llevado al desarrollo de construcciones palafíticas en la zona, que se comunican por medio de pasarelas elevadas. Durante esta época, en la que los caminos secos desaparecen, las habitantes se desplazan por medio de lanchas y chalupas. El aislamiento y la violencia del campo en Colombia han afectado al normal desempeño de esta comunidad.
En el extremo norte del poblado, cerca de la selva, se localiza el nuevo edificio, insertado en el interior de una trama urbana alargada y ortogonal, ocupando la mayor parte del área útil del lote en un solo nivel y conectando con las pasarelas elevadas de tránsito. El edificio se concibe como una calle cubierta y flexible que puede ser usada o atravesada de un extremo a otro, apoyada por dos franjas paralelas de salones, dormitorios, zonas de servicios, oficinas y baños. Se ha propuesto una arquitectura permeable en cuanto al uso y los materiales, adaptada al clima y al contexto rural.
La baja capacidad portante del suelo obliga a construir un edificio liviano que apoya en más de 50 micro-pilotes de 15 m de longitud que soportan la estructura palafítica de pilares y losa de hormigón, resistentes al agua y por encima del nivel de la cota máxima de inundación. A partir de ese nivel, se utiliza una estructura metálica, liviana y resistente a la fuerte humedad del clima tropical. Para los cerramientos se evita el uso de maderas nativas, casi todas especies amenazadas, y se elige madera inmunizada, cultivada en zonas cercanas a Medellín. Las cubiertas alternan tejas translúcidas con tejas opacas termo-acústicas. Todo el transporte de materiales ha sido planeado con un gran número de restricciones en cuanto a tamaños, pesos, presupuesto y disponibilidades.