Las reformas políticas de Clístenes (508-507) habían acabado con la preponderancia política de la aristocracia, limitando su influencia al Areópago, especie de tribunal constitucional encargado de velar por la constitucionalidad de las leyes y de vigilar su aplicación por los magistrados. Clístenes inicia nuevas reformas democratizadoras. Por un lado establece reformas territoriales:
- El demo es la unidad administrativa básica (equivalente a municipio, barrio, circunscripción), y es también la unidad básica de participación política, a través de la asamblea de cada demo, así como el referente territorial para la obtención de la ciudadanía (registro en el demo donde uno nace). Atenas tenía más de un centenar de demoi.
- Un elemento territorial nuevo, creado ex-profeso, es la tritia, por un número de treinta en total. Cada tritia se compone de un sector urbano, uno rural y otro litoral, no necesariamente conectados entre sí. Es una creación artificial, se supone que para combatir la influencia territorial de las grandes familias aristocráticas (Aristóteles, Constitución de los atenienses XXI. Plutarco, PericlesIII).
En cuanto a las reformas políticas, aumentó el número de miembros del Consejo, que pasó a ser de los Quinientos. La designación de los miembros era por sorteo dentro de una lista de candidatos elegidos en cada demo. De esta manera quedaba equilibrada la influencia del aristocrático Consejo del Areópago. En el terreno militar, Clístenes apuesta por la falange hoplítica, cuyos miembros provienen de los demoi; es como un ejército popular, una milicia urbana siempre en favor del régimen. Los oficiales son los estrategos, que más adelante controlarán la elección de los arcontes. Clístenes introdujo el ostracismo (de óstrakon, concha) en los procedimientos democráticos, aunque se hizo de éste un uso moderado, y en ocasiones justificado por las consecuencias prácticas (ver el ostracismo de Arístides por oponerse a la política naval de Temístocles, que luego demostró ser efectiva para vencer a los persas). Esta ley fue implantada con el propósito de prevenir nuevas tiranías: los más excelentes, sospechosos de haber acumulado demasiado poder e influencia, constituían un riesgo para el régimen, así que debían abandonar la ciudad para evitar la tentación. Era una votación anual en la que se escribían los nombres de los arcontes sospechosos, según opinión de cada ciudadano, en una concha o en un trozo de cerámica a modo de concha; si alguno de estos nombres alcanzaba los dos tercios de los votos era desterrado. Se trata de impedir que nadie crezca de manera excesiva, por desconfianza hacia la naturaleza humana. Aristóteles acepta este procedimiento (Política V, 7). La democracia es más segura reforzando la mediocridad, segando las cabezas que sobresalgan (Evelio). Si contemplamos el ostracismo de Tucídides (Plutarco, Pericles XIV), esta medida no fue tan útil para Atenas, pues permitió a Tucídides, ciudadano ateniense, trabar contacto con el enemigo espartano y escribir la historia de la guerra desde el punto de vista de los vencedores espartanos, en detrimento de la perspectiva ateniense.