Ha comenzado el año y tú, docente argentina en cargo directivo, te has visto en la disyuntiva de preparar el discurso de inicio de clases. Ha sido un momento clave, cargado de tensión donde, por primera vez en el año, te enfrentaste a todos los alumnos, la mayoría de los padres, tus subalternos (que hasta hace no mucho tiempo eran tus pares) y algún que otro representante de las autoridades educativas, sean estas del ámbito público o privado.
Es así que, seguramente, la ansiedad te consumió en los días previos y tiraste al tacho más hojas que las utilizadas a lo largo de tu vida para la composición tema "La vaca", con idéntico resultado en lo intelectual.
Finalmente y más por la llegada del momento que por convencimiento propio, decidiste que el discurso estaba listo, saliste hacia la escuela y con prístina voz, hiciste llegar tu mensaje. Estás conforme? Probablemente no. Seguramente al finalizar, notasteque dijiste algo de más... o de menos.
Por eso y para ayudarte en la noble tarea de expresarte te entrego, de todo corazón y con el respeto que te mereces, estas breves pero sencillas instrucciones que te ayudarán a enfrentar estos momentos con estoicismo.
Dividamos estas instrucciones en 2 partes: qué decir y cómo decirlo.
- Recuerda dirigir correctamente tus palabras: inicia por las autoridades (no te compliques con nombres y cargos, con decir "autoridades presentes", alcanza); continúa por tus docentes pero ni se te ocurra detallar! Siempre debes generalizar; no olvides a los padres y por último, casi como con desdén pero sutil, menciona a los alumnos con un tono mezcla de cariño y amenaza (podrás decir ninios, asi con "n-i").
- En caso de haber omitido a alguno (de manera involuntaria, claro) siempre estarás cubierta si incluyes las palabras "En fin, comunidad educativa toda". No olvides que esta frase te da chapa de docente actualizada y muy del 2000.
- Nunca debe faltar alguna de las siguientes opciones: año lectivo o ciclo lectivo. Caso contrario todo lo demás pierde consistencia.
- De manera casi displicente incluye, salpicadas aquí y allí, las siguientes palabras: feliz, trabajo, aprender y aprehender (estas últimas siempre juntas y acompañadas de una expresión facial que se traduzca como "soy grossa con el manejo del vocabulario"). Otras palabras que no deben faltar son:proyecto (que debe pronunciarse "proshecto"),implícito, juntos, horizonte, iniciar un camino, marco, participar, comprensión, y, por supuesto, la consabida frase "el hogar y la escuela en conjunto".
- Nunca, pero nunca se te ocurra incluir un o sea, un de que (incluso cuando corresponda) y, por lo que más quieras, si tu conocimiento de los recursos informáticos se reducen a mandar PowerPoints empalagosos e insufribles, reenviar cadenas de mails, hacer tablas en Word y sumar a mano los campos de un Excel, no intentes hacerte la moderna y tecnológica. Por lo general el resultado es tendiente a lo patético. No abundes en los conceptos de "Escuela 2.0" si en la mencionada escuela ni siquiera pueden enviar un mail sin cometer errores.
Pero todo lo anterior carece de sentido si no entendemos cómo debe decirse. Vamos con el cómo:
- Consideramos que, al día de hoy, casi seguramente estarás parada frente a un micrófono. Si la altura no está regulada para tu comodidad, deberás mirar con ojos reprobatorios a la docente encargada del acto dejando en claro que es ella la inoperante.
- Una vez solucionado, la mirarás de reojo mientras se retira e iniciarás con un contundente "Bueh..." acompañado de una expresión ácida que, casi inmediatamente, mutará en una sonrisa tan amplia como poco creíble para iniciar tus palabras.
- Cada 2 o 3 frases eleva tus talones y carraspea.
- Al nombrar: a las autoridades esboza una sonrisita servil; a los docentes un rictus burlón que se traduzca como "vieron yeguas que ya llegué y ustedes todavía no?"; a los padres una mirada intimidatoria para evitar que se crean con derecho a reclamar; y a los alumnos con una especie de mirada amenazante pero no muy evidente, a fin de generar una mezcla de temor y desconcierto que te será muy útil en el año que comienza.
- Si el discurso ha sido memorizado, tus manos deberán engancharse detrás de la espalda mientras tu mirada recorre, entre comprensiva e inquisidora, el salón todo.
- Si por el contrario, la memoria no te alcanza y debes leer tus palabras una mano sostendrá el papel y la otra delicadamente ingresará en el bolsillo de tu reluciente guardapolvo. Mientras leas, deberás aprovechar las pausas respiratorias para incluir la mirada mencionada en el punto anterior y acomodar los lentes que te dan ese aire intelectual e inteligente.
- Los tonos son tan importantes como el contenido. El tono monocorde o de diálogo normal no es para nada recomendable. Podrían confundirte con alguien que tenga algo importante para decir. Recuerda alternar de la siguiente manera: cada 5 sílabas, 2 deben ser en tonos altos, 2 en tonos bajos y el restante a tu elección y comodidad. Es muy importante que en las palabras como muy, tan, cuanto, etc. multipliques las vocales ("Estamos muuuuuuy contentos.." "Es taaan hermoso comenzar...", "Cuaaaantas ilusiones...", etc.) de esta manera la cadencia de tu discurso sonará como si le relataras un cuento a un público con dificultades cognoscitivas y de comprensión, que es el estilo clásico que queremos conseguir.
- Por último, fundamental e imprescindible, siempre deberás hablar y actuar como si a alguno de los presentes, le importara lo que estas diciendo.