Insulinoma y Cáncer de Tiroides: Mi Experiencia

Buenos días guapísimas
Sé que con esta entrada me salgo muchísimo de la temática del blog, pero no quería dejar pasar la oportunidad de contar algo que quizá pueda ayudar a alguien con el mismo problema que yo he tenido durante más de un año.
Además quería hacerlo hoy, 16 de junio, día de mi 35 cumpleaños, el cual celebro con una inmensa felicidad.
El sábado 2 de abril de 2015, me desperté en urgencias del hospital sin saber lo que había ocurrido. Yo no recordaba nada pero allí estaba, tumbada en una camilla y con una enfermera haciéndome un montón de preguntas.
A los pocos minutos me contaron la razón: en casa me encontraron tumbada en la cama, con los ojos abiertos pero la mirada perdida y respondiendo de forma incoherente a aquello que me preguntaban.
En el hospital me hiceron un TAC cerebral y no se encontró nada asi que yo les conté que llevaba unos meses notando que me mareaba y con hormigueos sobre todo en la zona de la barbilla asi que tras quedarme toda la noche en observación, decidieron mandarme al endocrino. Todo apuntaba que eran bajadas de azúcar.

Dos semanas después, y tras un análisis de sangre en ayunas, la endocrina me diagnosticó de HIPERINSULINISMO ENDÓGENO provocado por un posible INSULINOMA, un tumor pancreático que produce muchísima insulina provocando a su vez esas bajadas de azúcar tan severas.
Sólo había que quitarlo, pero para ello había que encontrarlo y aquí estaba el mayor problema. Suelen ser tumores muy difíciles de encontrar por su tamaño, y asi fue. 
Después de resonancias, pruebas nucleares y dos ecoendoscopias el tumor seguía sin aparecer y además entre prueba y prueba tuve una bajada de azúcar tan fuerte que llegué a convulsionar, por lo que tuvieron que ingresarme cerca de un mes.
La endocrina me recetó DIAZÓXIDO, unas pastillas que además de controlar algo mejor las glucemias, me hincharon por completo y me sacaron vello por todas partes (en la cara fue donde peor lo llevé), pero lo que no me imaginaba es que a los pocos días y tras una exploración del cuello me diagnosticaron de CÁNCER DE TIROIDES.
El INSULINOMA seguía sin aparecer y encima se le añadía el otro problema. En Diciembre me operaban del tiroides quitandomelo por completo y un mes y medio después volvía a ingresar en el hospital para darme yodo radioactivo. Después de unos días aislada totalmente bajo paredes de plomo, salí del hospital pero tardé unos 10 días más en ver a mi hija. Con menores y embarazadas el aislamiento debe ser algo más largo.
Como el INSULINOMA seguía sin aparecer, la endocrina nos propuso ir a Suiza, a Basilea. Allí estaban haciendo un estudio en este tipo de tumores y había muchas posibilidades de que apareciera. Asi que sin mucho pensarlo, allá que nos fuimos mi pareja y yo. Estuvimos 5 días y tras varias largas pruebas lo encontraron. Ya sólo quedaba volver a Madrid y operarme.

Y así lo hicimos. Muerta de miedo el 26 de abril entré a quirófano con la esperanza de que por fín pudiéramos firmar el punto y final a esta historia.
Después de casi dos meses operada y a pesar de tener que seguir con revisiones (sobre todo por lo del tiroides) me encuentro muy bien. Hago vida normal, sin tener que comer cada dos por tres y durmiendo del tirón sin tener que levantarme a comer por el riesgo de hipoglucemias que presentaba.
Ya no estoy hinchada y poco a poco estoy volviendo a mi peso. Además mis niveles de azúcar son muy buenos y sólo tengo problemas leves en cuanto a la digestión pero se que poco a poco irán cediendo.
Os muestro esta foto para que veáis el cambio que tuve físicamente en cuestión de unos meses. La foto de la izquierda es de cuando estuvimos en Suiza y la de la derecha es de apenas tres semanas después de operarme. Creo que el cambio es muy evidente. El aumento de peso y la hinchazón fue algo que me marcó muchísimo, no me reconocía. Pero como veis poco a poco voy volviendo a ser la misma de siempre.

No sabía si contaros todo esto, pero lo he hecho por si alguna vez alguien se encuentra en mi situación y lo lee, que sepa que puede pedirme ayuda, consejo o cualquier otra cosa.
Ha sido duro, si, pero con fuerza, positivismo y el amor de mi familia y amigos he podido y eso hace que me sienta super orgullosa de mi y que valore mucho más todo lo que me rodea. He pasado días muy malos pero también he aprendido muchas cosas que no hubiera hecho de otra manera.
Sin duda, he aprendido a vivir la vida intensamente, disfrutando más de cada segundo y aprovechando cada instante de felicidad.