El conocido programa televisivo musical “Star Academy” en su versión de Arabia presentó un número musical con la canción “Hasta Siempre Comandante” de Carlos Puebla en versión Pop.
Todos visten de verdeolivo, recordando a Fidel Castro mientras bajaba de la Sierra Maestra luego de tomar el poder en 1959 de forma armada, y también usan un vehículo de guerra, lo cual me hace recordar las mil y una vez que nos inyectaron el odio por televisión recordándonos que “estamos en combate contra el enemigo”, aunque hoy ese “enemigo” es el “amigo del norte”.
Todo el escenario rojo, utilizando este color como símbolo de comunismo. Curiosamente, historiadores explican que el Che Guevara era un asesino, pero no era comunista. Por lo tanto, asumo que este rojísimo performance hace alevosía a la sangre de los miles de fusilados al inicio de la llamada “revolución”.
Lo más insultante es mi bandera. ¿Qué hace ahí? Y además… ¡La estrella sólo se ve de un lado! Tal cual ocurre con la realidad de Cuba: ¡Sólo se ve de un lado! El resto es ignorado por el mundo mientras mi país sufre tal ignorancia. Pero repito… ¿qué hace mi bandera cubana ahí? Ernesto Guevara era argentino, no cubano, aunque de forma armada tomó en el año 1958 la ciudad de Santa Clara; algo que hoy en día los comunistas llaman injerencia: ir a otro país a interferir en el proceso político.
Pero mi bandera estaba ahí, vendiéndose en un show comercial con un casi perfecto pronunciamiento español en un país que ni remotamente tiene idea de lo que ha sufrido mi pueblo producto de esta ideología no sólo fracasada, sino invasiva al espíritu y esencia de mi gente.
Mucha gente ve al Che Guevara como un símbolo de rebeldía, de revolución, de lucha. Pero… ¿Qué dejó en Latinoamérica?
Guevara fue el presidente del Banco Nacional de Cuba y Ministro de Economía (extranjero en Cuba pero así y todo ocupó cargos políticos) y 56 años después hoy Cuba tiene el salario mínimo más bajo de todo el continente (nueve dólares al mes). Guevara apoyó la guerrilla terrorista en Colombia que hoy en día tiene un saldo de incontables muertos.
Defiendo al límite la libertad de expresión, incluso con ideologías que obviamente no son las mías, pero un show parecido a este en Cuba, que enarbole la bandera de un sistema político que difiera del actual “comunista” cubano puede costarle muchos años de cárcel a los osados.