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2013 actualidad // Ecología // Emprendedor // Innovación // Miguel Benavent de B. // nuevos paradigmas
INTEGRAR Y COLABORAR, LA ÚNICA OPCIÓN (I)
Escrito por Miguel Benavent de B. Sin comentariosHoy lo importante es integrar!
Durante muchos años los jóvenes tuvimos que tomar una difícil decisión. Ser como éramos y perseguir nuestros propios sueños o bien llegara ser y trabajar para ganarnos la vida! Y esto último fue precisamente lo que la mayoría de nosotros decidimos: integrarnos en el mundo laboral y profesional, dejando para nuestra vida privada cualquier anhelo o ilusión. Ni que decir tiene que, bastantes años después, la vida nos ha enseñado la consecuencia de esa errónea opción. El alto coste que significó dejar para más adelante o para nuestra vida privada la ilusión. Hoy pocos pueden afirmar con rotundidad que esa vía de renunciar a uno mismo les hicieran llegar a ser felices y a sentirse plenos…
Hoy, afortunadamente, el mundo ha cambiado, aunque nos parezca lo contrario. Actualmente los jóvenes no deben tomar esa decisión, pues es el mundo profesional quien les ha vetado -en la mayoría de los casos- el acceso a una profesión digna y a un puesto laboral que, sin duda, merecen. A pesar de su mayor y mejor formación académica. Las empresas reducen drásticamente sus plantillas, las compañías se deslocalizan y los salarios laborales se han desplomado. Y pienso que no es un fenómeno pasajero o coyuntural, sino una tendencia actual y de futuro. Los mercados no volverán a crecer y por ello el consumo privado y público -las infreastructuras y obra pública- se contendrá, irremediablemente. Vamos hacia una nueva época de contención y de optimización de recursos, después de demasiados años de crecimiento desmesurado, insostenible e irracional. No podemos fabricar más coches que los que somos capaces de comprar, aparte del coste en recursos naturales que ello supone.
Crecimiento “cero” o decrecimiento
La vida de cualquiera de nosotros cambiará radicalmente. Nunca más podremos llegar a consumir lo que hasta ahora consumíamos. No habrá tanto nivel adquisitivo y, de haberlo, el consumidor se hará más consciente de la necesidad de un consumo sensato y sostenible, desde el punto de vista del coste en recursos. Habrá que inventar fórmulas de vida que sustenten esta nueva realidad. Habrá que también aprender a vivir con un consumo privado aquilatado, donde el sentido común impere. El Sistema no puede seguir creciendo desmesuradamente a costa del consumo privado desaforado e irracional. Por tanto, el trabajo será escaso y deberemos -por fin- conciliar la vida profesional y el tiempo de ocio, aunque éste sea en muchos casos el trabajo en proyectos sociales y sin remuneración. En fin, que nuestra vida como la entendíamos hasta ahora, cambiará irremisiblemente…
Seguirá…