"Aunque la industria ha dado pasos para responder a las limitaciones a corto plazo, todavía puede llevar un par de años que el ecosistema responda a la escasez de capacidad de fundición, sustratos y componentes", aseguró el consejero delegado de la tecnológica, Pat Gelsinger, en una intervención virtual en una feria del sector en Taipei.
Gelsinger destacó que el aumento del teletrabajo y de la educación a distancia durante la pandemia de la covid-19 ha generado un "ciclo de crecimiento explosivo" en el mercado de los semiconductores y ello ha creado una enorme presión en la cadena de suministro mundial.
Según dijo, Intel está trabajando con sus socios para asegurar la disponibilidad de chips e invirtiendo para mejorar su capacidad de producción, pero toda la cadena de suministro debe estar a la altura para evitar cuellos de botella individuales que frenen a la industria en su conjunto.
"La falta de suministro limita el crecimiento que necesitamos para recargar la economía mundial", insistió.
Los semiconductores o chips se han convertido en un elemento esencial en numerosas industrias más allá de la electrónica y su escasez se ha disparado en los últimos meses a raíz por la gran demanda de equipos informáticos durante la pandemia.
La falta de suministro está creando importantes problemas en sectores como el del automóvil, con cálculos que apuntan a que esa escasez le costará este año a esa industria unos 110.000 millones de dólares.