Esta reflexión por Ruben Alzola me hizo reflexionar sobre la gestión de problemas emocionales:
Cuando GTD habla de revisiones, lo hace siempre refiriéndose a revisiones sobre su propio sistema (cómo van los proyectos, organizar las tareas en sus correspondientes contextos, fijar las acciones del día siguiente, etc.).
Creo, no obstante, que puede ser necesario reservar un pequeño hueco (10 minutos pueden servir) al final del día para repasar nuestro comportamiento desde el punto de vista emocional. Las habilidades blandas resultan las más duras de mejorar.
GTD es para todo que te ocupa la atención. No solo tareas físicas, pero también emociones, relaciones etc. Por tanto, las emociones no sólo merecen un lugar en la revisión semanal, sino también en el flujo de trabajo de cada día.
Cuando noto algo de fricción en nivel emocional, lo apunto en mi bloc de notas. Esta nota pongo en mi bandeja de entrada y algunas horas más tarde, cuando proceso esta bandeja de entrada, tomaré una decisión sobre qué hay que hacer.
No hay ninguna diferencia entre un problema con mi coche o un problema en una relación con un familiar. Hay que capturar el problema, definir el Resultado deseado e identificar la Próxima Acción.
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