La inteligencia financiera es la capacidad para utilizar las herramientas y conocimientos que están a nuestro alcance para conseguir tomar las mejores decisiones financieras en cada momento y circunstancia.
Este tipo de inteligencia no viene de serie cuando nacemos, son habilidades y capacidades que debemos ir aprendiendo y mejorando según van pasando los años.
Eso sí, cuanto antes tengamos una base sólida, una cultura económica y financiera, antes podremos enfrentarnos a las diferentes decisiones económicas con ciertas garantías.
En nuestro sistema educativo se da importancia al estudio de ciertas materias. Nadie duda de la importancia que tendrá en nuestra vida futura tener una base matemática, o ciertos conocimientos de historia, o conocer otros idiomas, que nos harán más competitivos en nuestros futuros empleos. Pero la economía familiar, como base de conocimientos para una inteligencia financiera suficiente que nos permita desenvolvernos en un mundo claramente económico, no se estudia en el colegio.
Muchas de las personas que aprenden inglés, o música, o ciencias en el colegio, después, en la vida real, no utilizarán estos conocimientos; su vida laboral va por otros derroteros y estas materias, que son importantes y constituyen la base de una cultura general, no serán utilizadas. Sin embargo, los conocimientos económicos, la cultura financiera, sea cual sea tu trabajo, serán fundamentales para el desarrollo de tu vida.Por eso es muy importante que, aunque dentro de nuestro programa educativo la economía familiar todavía no esté en los planes de estudio, consigamos los conocimientos básicos en esta materia cuanto antes, cuando somos niños. Si desde pequeños somos capaces de entender los mecanismos de la economía familiar, del gasto, de la financiación, estaremos preparados para tomar las decisiones que sean necesarias en nuestra vida diaria, estaremos listos para empezar a desarrollar la inteligencia financiera.
Cuando no te enseñan estas cosas de pequeño, cuando incluso el tema del dinero es tabú en la familia, no queda otra opción que aprender de la manera más dura posible, aprender fallando. Por eso, cuantos más conocimientos y cultura financiera puedas obtener, más fácil te resultará generar la inteligencia financiera necesaria para poder tomar las decisiones económicas acertadas en cada momento.
Aprender probando, aprender equivocándonos en esta faceta de la vida, nos puede salir realmente caro; estamos hablando de decisiones financieras que nos pueden acompañar durante toda nuestra vida, como pueda ser una hipoteca, o de modelos de vida que nos serán muy difíciles de cambiar con el tiempo.
Ojalá alguien me hubiera contado todas estas cosas cuando tenía dieciocho años y monté mi primer negocio. Mucha ilusión, buenas ideas, esfuerzo y sacrificio, pero poca cultura financiera.
FUENTE http://www.ahorra-o-nunca.com/inteligencia-financiera.html