La inteligencia social es una fortaleza caracterizada por la capacidad de ser consciente de los motivos y sentimientos propios y los de los demás. Consta de saber qué hacer para encajar en distintas situaciones sociales, además nos ayuda a entender las maneras de conectar con las distintas personas con las que establezcamos cualquier situación social. Muchos autores, denominan la inteligencia social como empatía también.
Así pues, esta fortaleza trata de sacar el máximo partido a nuestras relaciones personales, permitiéndonos ser generosos con los demás, teniendo en cuenta siempre al otro y dejando un tanto de lado nuestros intereses propios.
Además, la inteligencia social se desarrolla a partir de la inteligencia verbal y emocional; esto resulta indispensable para establecer una comunicación óptima y efectiva junto a la escucha activa.
Algunas técnicas que nos pueden ayudar a ser más inteligentes socialmente pueden ser:
1. Cuando lleguemos a casa establecer una conversación con nuestros familiares, preguntándoles que tal les ha ido el día y mientras los escuchamos asentir para que el receptor reciba retroalimentación y realizar preguntas para indagar como se ha sentido o encontrado en las distintas situaciones, así observara que estamos preocupados y/o interesados en ellos.
2. Verbalizar nosotros también que tal nos ha podido ir el día, expresando sentimientos, emociones y opiniones.